Los hechos ocurrieron en la iglesia de Sant Jaume. | Alejandro Sepúlveda

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«Esta es la casa de Dios y de aquí no pienso irme. Policías, fuera de la casa de Dios». Así recibió una mujer, cubana de 48 años, a los agentes de la Policía Nacional que accedieron al interior de la iglesia de Sant Jaume de Palma que acudieron alertados por numerosos feligreses y responsables del templo.

Todo comenzó unas horas antes cuando, el sacristán de la parroquia, prohibió la entrada a una conflictiva mujer que presentaba un comportamiento muy agresivo. De hecho, tiempo atrás, había propinado varias bofetadas al rector. Por ese motivo, la ahora detenida tenía prohibido aproximarse a la parroquia.

Sin motivo aparente, la mujer se presentó en la iglesia armando mucho jaleo. No paraba de gritar, amenazar al sacristán y enfrentarse a los feligreses. Por ese motivo, uno de los responsables de la parroquia solicitó la presencia policial. Hasta en tres ocasiones en menos de 5 horas tuvo que acudir una patrulla para mediar en la discusión y llevarse a la mujer de las instalaciones de culto. A las 13.15 horas, durante una celebración eucarística, la acusado irrumpió de nuevo, suspendió la celebración de la misa y no cesaba de gritar y lanzar todo tipo de improperios contra los asistentes. En un momento dado, se colocó en los primeros bancos e inició una ‘sentada’.

Al llegar la policía, comenzó a enfrentarse a los agentes y les gritaba para que abandonaran el templo. Acto seguido, fue detenida.