Antonio Cortés Cortés, asesino confeso de Remedios Cortés Cortés, en una imagen captada cuando era conducido a los juzgados de Vía Alemania. | Pere Bota

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El 21 de julio se apagó la luz para Lillemor Chistina Sundberg. Llevaba unos diez días que se debatía entre la vida y la muerte. La paliza que le había propinado su marido, José Ignacio Blesa, resultó mortal. Ciudadana sueca, tenía 52 años. Vivía en Palma, en la barriada de Son Cotoner.

El homicidio de Lillemor, cuya pareja tenía antecedentes por maltrato, fue el primer asesinato machista de 2020 en Baleares. El martes, Remedios Cortés Cortés 'la Reme', se convirtió en la tercera víctima de una macabra lista. Su muerte, a manos de su pareja sentimental, también revistió una violencia extrema.

La atopsia reveló que Antonio Cortés Cortés, que este viernes ingresó en prisión, la atacó brutalmente y de forma reiterada en Secar de la Real, desfigurándole la cara y causándole terribles lesiones en la cabeza, antebrazos, tórax y abdomen.

Remedios, de etnia gitana, se enamoró de su primo, que acabó siendo su verdugo y con quien compartió casi toda su vida. Fruto de esta relación nacieron sus cuatro hijos (de 8, 11, 13 y 15 años de edad), que tras perder a su madre han quedado a cargo de un familiar de la víctima.

La Reme' y Antonio eran primos y su relación llevaba tiempo siendo una montaña rusa, según ha relatado gente de su entorno. «Iban y venían... Pasaban temporadas juntos y otras separados...», narra un conocido de la pareja.

Pero hacía algún tiempo que Remedios había tomado la determinación de zanjar la relación con Antonio y así se lo había hecho saber. Su pareja nunca encajó la decisión. Tenía 32 años.

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En marzo de 2019 un juzgado dictó contra José Ignacio Blesa una Orden de Alejamiento por espacio de seis meses, que expiró en septiembre de ese mismo año, y en los archivos de la UFAM constaban otras denuncias por parte de Lillemor Chistina Sundberg.

El 13 de julio, cuando los agentes llegaron a la vivienda que ambos compartían, se encontraron a un varón en el rellano de la escalera del inmueble, que manifestó que había tenido una fuerte discusión con su pareja y estaba esperando que le devolviera unas pertenencias para irse de allí.

Tras acceder al interior de la vivienda, los policías encontraron a la víctima tendida en el suelo, con un gran charco de sangre que rodeaba su cabeza, consciente y con visibles hematomas en el brazo y en otras partes del cuerpo.

Un testigo explicó que la noche anterior, Blesa abandonó el domicilio con el móvil de la víctima y 50 euros también de ella, sin su consentimiento, por lo que cuando regresó por la mañana la víctima se lo recriminó, lo que presuntamente supuso el arranque de la discusión y una brutal paliza que requirió la urgente hospitalización de Lillemor Chistina Sundberg. Llegó al Hospital de Son Espases en estado crítico.

Entre los asesinatos de Remedios Cortés Cortés y Chistina Sundberg se fecha el de Habibe Ismail Emin, una búlgara residente en Mallorca de 36 años de edad. Su expareja le disparó con una escopeta repetidora el 15 de octubre por la tarde dentro de un coche, junto a una gasolinera de Peguera, en Calvià. Justo un mes antes había adquirido el arma.

Mariano A. G., exmilitar de 37 años, ejecutó a Habibe a bocajarro. Poco después decidió suicidarse en el interior del mismo vehículo, según concluyeron los investigadores de la Guardia Civil, que tampoco tardaron en advertir que se trataba de otro caso de violencia de género.

'Bibi', como era conocida por sus compañeros, no pudo defenderse de su agresor. Muy querida en Magaluf, sus compañeros del bar de Punta Ballena donde trabajaba se apresuraron a recordar que era una trabajadora incansable. Todos ellos iniciaron una recogida de fondos para poder colaborar en la repatriación de su cuerpo a Bulgaria.