Este fin de semana se han registrado incidentes y aglomeraciones peligrosas de personas, que no llevaban mascarilla ni mantenían la distancia de seguridad por el coronavirus. | Michel's

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Sería una noche normal de verano de no ser por un pequeño detalle: este año, además de turistas bebidos, tenemos coronavirus. Y la mezcla no puede ser buena. La Platja de Palma y Punta Ballena vivieron este sábado su primera gran juerga del estío, que dejó algunos detenidos y numerosos incidentes.

En la madrugada del jueves al viernes la polémica avenida de Magaluf ya calentaba motores. Un vídeo recoge el momento en el que algunos británicos, enloquecidos por el alcohol, empiezan a saltar sobre un coche estacionado en la acera, al que causaron daños por valor de más de 2.000 euros. Uno de los vándalos fue detenido por la Guardia Civil.

Este sábado, la situación ya se descontroló por completo. En la calle de la Cerveza, en la Platja de Palma, la afluencia de alemanes fue tal que era imposible guardar las distancias de seguridad. Ni en la calle ni en los locales. Y nadie llevaba la mascarilla de seguridad, a excepción de algunos camareros. Regresaron, también, los vendedores ambulantes africanos, que se acercaban a los turistas para venderles gafas o relojes. La Policía Nacional, que montó un dispositivo con la Policía Local, levantó algunas actas, pero no pudo evitar las tremendas aglomeraciones, una auténtica autopista para la propagación de la pandemia. Esta noche está previsto que la unidad de élite policial -la UIP- controle la zona.

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La Policía Local y la Guardia Civil identificaron ayer a numerosos sospechosos en Punta Ballena, por si llevaban drogas o habían robado a turistas.

A la misma hora, en Punta Ballena, los británicos, menos numerosos que los germanos de la Platja de Palma, protagonizaron todo tipo de excesos. Un DJ fue detenido por tráfico de drogas, la Guardia Civil y la Policía Local de Calvià identificaron a numerosos sospechosos y un joven fue imputado por apropiación indebida. Tres locales fueron denunciados por ruidos y los agentes mantuvieron a raya a las numerosas prostitutas nigerianas que acudieron a la calle, en busca de veraneantes bebidos.

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Entre los ingleses, prácticamente ninguno llevaba cubrebocas y algunos se quejaban del poco ambiente que había este año. La mayoría se acumuló en un tramo de la calle, aunque a las dos de la madrugada, con el nuevo horario de cierre, tuvieron que desalojar los bares. Con el civismo que les caracteriza, allí empezaron a entonar cánticos que se oían a un kilómetro y a bailar unos sobre otros, en la calle. Que lo del coronavirus les suena a cuento chino.

El término municipal de Calvià ha registrado nuevos incidentes en la noche de este sábado, que han obligado a intervenir a la Policía Local para hacer cumplir la normativa establecida tanto por el Govern balear como por el Ayuntamiento para prevenir la propagación de la COVID-19.

Según ha informado la Policía Local de Calvià en un comunicado, en Punta Ballena se ha levantado acta a un establecimiento por infringir el horario de cierre, establecido por el Ejecutivo autonómico a las 02.00 horas en locales de entretenimiento y restauración.
También por incumplir el horario de cierre de local, ha añadido, se ha levantado acta a una discoteca en Peguera, con 27 personas en su interior.

Por otro lado, la Policía Local ha dado a conocer que ha levantado un acta por música en un bar en la zona de Palmanova.

Mientras, que se han interpuesto un total de siete denuncias por la práctica del botellón en la zona del Country Club, en la localidad de Santa Ponça.