Francisca Cortés Picazo, conocida como 'La Paca', en el juicio en la Audiencia Provincial por el blanqueo del dinero procedente del negocio de la droga. | Europa Press

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'La Paca’, embutida en un vestido azul con flores blancas, devoraba un bocadillo este jueves, a las doce menos diez de la mañana, antes de entrar al juicio en la Audiencia de Palma por blanquear dinero del tráfico de drogas en 2009. «¿’Ande’ está el agua?», preguntaba a otra acusada tras engullir el bocata en pocos minutos.

La matriarca del poblado aceptó una condena de tres años y tres meses de cárcel y una multa de 12 millones de euros. Diez acusados que actuaron como testaferros para lavar el dinero del narcotráfico admitieron penas de un año y nueve meses de prisión cada uno y multas de entre 200.000 y 320.000 euros. El tribunal tuvo en cuenta la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas. Tres sospechosos quedaron absueltos al retirarse la acusación contra ellos y otro presunto implicado en el caso será explorado por un médico forense.

La Policía Nacional encontró más de 4,3 millones de euros bajo una gruesa capa de hormigón y 7,5 kilos de joyas en septiembre de 2009. Francisca Cortés Picazo, ‘La Paca’, vivía en una casa de color rosa, de grandes dimensiones, en una esquina del poblado de Son Banya. No tenía ningún tipo de ingresos legítimos que justifiquen el patrimonio, según sostiene la Fiscalía en su escrito.

Los acusados reconocieron que, a lo largo de una década, desarrollaron una serie de actuaciones para ocultar los desorbitados ingresos procedentes de la venta de las sustancias estupefacientes. La matriarca adquirió inmuebles, joyas, vehículos y otros bienes a nombre de terceras personas. Compró fincas, casas, una cafetería en Son Ferriol, una discoteca y una nave en el polígono de Son Castelló, coches de alta gama y joyas.
Las joyas de ‘Beethoven’

El 18 de septiembre de 2009, la Policía Nacional localizó el tesoro de Son Banya. Los agentes, con la colaboración de los bomberos y una excavadora, hallaron en un zulo del poblado 4,3 millones de euros ocultos en cinco cajas de plástico que estaban forradas con cinta adhesiva. Había billetes de euros y dólares, algunos humedecidos y deteriorados. Los 7,5 kilos de joyas se encontraban en una caja enterrada bajo el hormigón de la caseta de Beethoven, el perro de ‘La Paca’.