Los servicios de emergencias han acudido a la playa de Portopetro donde han encontrado el cadáver. | Emilio Queirolo

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Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil apuntan a que el hombre hallado muerto en la playa de Portopetro sufrió una caída accidental que le provocó la muerte.

A primera hora de este domingo, dos turistas alemanas que se encontraban en la zona se percataron de la presencia del cuerpo de un hombre que estaba flotando en el agua. En un primero momento, la germanas pensaron que se trataba de un bañista en apuros y se lanzaron al agua en su auxilio.

Un vez que llegaron hasta la posición del cuerpo, comprobaron que el hombre no respondía y decidieron, con gran dificultades, llevar el cuerpo a la orilla y alertar a los equipos de emergencia. Una vez allí se activó el protocolo establecido en estos casos y se informó a la autoridad judicial. Rápidamente, varias patrullas de la Guardia Civil, Policía Local de Santany y una ambulancia medicalizada del SAMU-061 se personaron en el lugar para auxiliar a la víctima.

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A la llegada del médico, el mismo lo único que pudo hacer fue certificar la muerte y alertar a su compañero el médico forense de guardia de Manacor. Una vez en el lugar, examinado el cuerpo lo investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil y el propio forense llegaron a la conclusión de que la muerte fue accidental y que no hubo implicación de terceras personas o mano criminal.

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El fallecido es un varón de 57 años de edad, vecino del municipio desde hace muchos años. Nada más producirse la noticia de su muerte, la alcaldesa de la localidad acudió para arropar en estos duros momentos a familiares y amigos del difunto.

A las 13.35 horas la jueza titular del juzgado de Instrucción número 1 de Manacor, este domingo en funciones de guardia, ordenó el levantamiento del cadáver que fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal de Palma donde este lunes está previsto que se le practique la autopsia. En un primer momento y a falta de confirmación oficial, todo apuntó que el cadáver no presentaba signos de violencias, más que los propios arañazos y magulladuras de haber permanecido unas doce horas en el agua.

Los responsables del caso trabajan con la hipótesis de que el fallecido una vez finalizada una cena salió a tomar el aire por la zona y de forma accidental cayó sobre la zona acantilada, muy próxima a su vivienda.