Julio Bastida y Guillermo Esteban entrevistan a Jaime Garau. | A. López

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«Tengo miedo. Tengo mucho miedo porque el juez (Manuel Penalva) tiene armas de cazas y de todos es sabido que tiene hipopótamos, cocodrilos y gacelas muertos colgados por las paredes. Debe saber pegar un tiro desde un kilómetro de distancia. Además, está de baja y no precisamente por un esguince», apunta Jaime Garau, uno de los policías locales de Palma suspedidos de empleo y sueldo en el marco de la causa de presunta corrupción. Garau, ha sido objetivo de las supuestas amenazas vertidas por juez y fiscal en los mensajes de WhatsApp destapados en primicia por Ultima Hora.

«Cualquier persona sabe que el fiscal Subirán durante los interrogatorios pierde el control y se pone a gritar y se pone colorado. También está de baja y siguen portando -tanto él como el juez- sus armas de fuego», destaca el exsindicalista.

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Jaime Garau llegó a las instalaciones del Grup Serra escoltado por varios compañeros suyos. «Al entrar en las instalaciones del periódico ellos se han marchado. Me están haciendo contravigilancias y acompañamientos de forma altruista y se lo quiero agradecer públicamente», apunta Garau.

Durante su entrevista, Jaime Garau criticó con dureza la instrucción de la causa. «Recuerdo que durante un interrogatorio el juez y el fiscal me preguntaban por el incendio del coche de una vecina de Penalva. Se quedaron muy descolocados cuando comprobaron que yo ese día estaba en la cárcel porque ellos me habían enviado. Es todo su surrealista», concluye.