Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron al hombre el mismo día de los hechos. | Alejandro Sepúlveda

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Llevó a cabo sus fechorías en Palma dos veces la misma noche del 31 de julio de 2018. Accedía a las viviendas trepando por la fachada. En la primera de ellas fue sorprendido por los moradores y acabó a golpes con ellos. En la siguiente, unas horas después, pudo lograr su objetivo. Fue juzgado hace unos días en Via Alemania y ya conoce su condena: tres años de cárcel.

Estaba acusado de un tercer robo, cometido unos días antes, pero ha acabado absuelto por falta de pruebas, según señala el magistrado de lo Penal número 3 en su sentencia.

En la vista el hombre admitió los hechos por los que ahora ha sido condenado. En cuanto a la agresión a los inquilinos en la vivienda que fue descubierto señaló que «no quería hacerles daño». En el segundo asalto se apoderó de unas gafas y una tarjeta de un establecimiento. Negó en cambio ser el autor de un tercer delito. El acusador de este robo era un amigo del procesado, quien en el juicio lo señaló sin dudas. El juez apunta a que si bien el modus operandi coincide con el de las otras dos ocasiones, «son circunstancias relativamente comunes» en los robos que se producen en la Isla.

El hombre se encuentra en la prisión de Palma desde el mismo día que fue detenido, en aquella jornada donde cometió los dos delitos, y durante la vista admitió ser consumidor de cocaína, algo que refrendaron dos familiares suyos que declararon como testigos.

El acusado, defendido por la abogada Sara Pérez García, se enfrentaba a una pena de siete años de cárcel por hasta tres delitos.