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La desesperación de los padres de Julen, el pequeño de dos años que cayó este domingo en un pozo de una finca privada de Totalán, en Málaga, se ha hecho patente en las últimas horas. La Guardia Civil no baraja otra hipótesis que no sea la de que Julen se encuentra en el pozo de prospección.

Su padre, José Rocío, se ha manifestado en este sentido y lo ha hecho en el Diario Sur: «Mi hijo está aquí, que nadie lo ponga en duda. Ojalá fuese imposible que esté en el pozo, como he oído. Ojalá fuese yo el que estuviera enterrado ahí abajo, y que él estuviera aquí arriba, con su madre».

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José y su mujer, Vicky, duermen en las proximidades del pozo desde que este domingo el pequeño se precipitó. Disfrutaban de un día de campo en la finca. Iban a hacer una paella. Julen corría cerca de ellos y la prima de José vio como el pequeño caía al pozo. Ante sus gritos, José salió corriendo, estaba sólo a un par de metros del niño, retiró las piedras y metió el brazo para cogerlo, pensando que no estaba tan profundo.

«Yo escuché llorar a mi hijo. Solo pude decirle: 'Estate tranquilo, papá está aquí y el hermanito [Óliver, fallecido en 2017, a la edad de tres años, por una muerte súbita] nos va a ayudar'», ha contado al diario Sur.

El padre de Julen se quejó este martes de la falta de medios con la que cuentan los equipos de rescate. También el alcalde de Totalán criticaba que se estaba trabajando «con mucha imnprovisación».