Bartolomé Cursach saliendo de los juzgados tras prestar declaración. | Alejandro Sepúlveda

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Bartolomé Cursach se sentará por primera vez en el banquillo de los acusados el próximo jueves por tener una carabina en su casa.

El empresario se enfrenta a una petición fiscal de un año y medio por tenencia ilícita de armas, después de que la Policía encontrase en su casa una carabina del calibre 22 apta para disparar sin la correspondiente licencia. El juicio tendrá lugar en el Juzgado de lo Penal número 7 de Palma a partir de las 10 horas. Además, el Ministerio Fiscal también le pide que se prive al empresario de la tenencia y porte de armas durante cuatro años.

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El ministerio público solicita la pena puesto que Cursach carece de licencia de armas y porque se trata de una carabina adquirida en el extranjero e introducida en el país de forma ilegal, según sostienen la acusación pública. Según el fiscal, el arma estaba guardada en el propio dormitorio del magnate, estaba en condiciones para ser disparada y tenían munición para ella. Los agentes se incautaron de hasta 640 cartuchos. La carabina estaba cargada y según la Policía Científica se encontraba en perfecto estado de funcionamiento.

Será la primera cita en el banquillo para Bartolomé Cursach ya que se trata de un asunto sin apenas complejidad para instruirlo, más allá de comprobar que no tenía documentación. El arma no consta en el registro de armas de la Guardia Civil ni a nombre de Cursach ni de otra persona.

Dado que el empresario no pudo aportar la licencia obligatoria ni guía de pertenencia -necesaria para comprar la munición, por lo que la adquisición tuvo que ser clandestina-, la Fiscalía le imputa un presunto delito de tenencia ilícita de armas.