Dos guardias civiles custodian al asesino Ioan Ciotau. | Alejandro Sepúlveda

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Un juzgado de Inca ha archivado la causa contra dos guardias civiles investigados tras el crimen de Lucía Patrascu en el Port de Pollença, en mayo de 2016. Los familiares de la fallecida denunciaron a los agentes por omisión del deber de perseguir delitos. La mujer acudió cuatro horas antes del crimen al cuartel de la Guardia Civil para manifestar que llevaba una mala temporada con su marido.

Dijo que discutían mucho por tonterías y por la diferencia de edad. Patrascu declaró que no había sido agredida ni insultada por Ioan Ciotau. La juez entiende que no evidenciaba en ningún caso la necesidad de interponer denuncia por un presunto delito de violencia de género. «No existió ninguna conducta reprochable penalmente en el comportamiento de los agentes de la Guardia Civil».

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Los guardias civiles comprobaron que no habían denuncias previas contra el asesino. Los agentes corroboraron que la mujer ya no vivía con su pareja y que Patrascu no aportó ningún parte de lesiones. La víctima, que vivía en la casa de la señora a la que cuidaba, quería separarse de su marido para que abandonase el domicilio conyugal.

La magistrada instructora entiende que de la prueba practicada no ha quedado acreditado que, el 29 de mayo de 2016, los agentes investigados se negaran expresamente a recoger una denuncia por violencia de género a Lucía Patrascu, que perdió la vida aquel día.