Algunos de los pasajeros que pasaron la noche en el hotel ‘Nuevas Palmeras’, esperando el autobús. | Alejandro Sepúlveda

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«El cielo se abrió y Alá nos salvó», así arranca el relato de Faves, un argelino de 43 años que, visiblemente nervioso y con lágrimas en los ojos, recuerda aquellas horas a bordo de un barco en llamas: el Tariq Ibn Ziyad.

A su lado se encuentra Mabal, otro compatriota de 52 años de edad. Está algo más tranquilo, un poco preocupado por haber perdido su vehículo y enseres personales en el incendio. EL hombre explica que «los momentos de pánico que vivimos nos recordaron al hundimiento del Titanic. Lo pasamos muy mal y pensábamos que había llegado nuestro final».

Mabal y Faves son dos de los cerca de 170 pasajeros que pasaron la noche del domingo al lunes en el hotel Nuevas Palmeras Sunwing Alcudia Beach. A primera hora de la mañana de ayer, un amplio grupo de víctimas de la tragedia estaba en el hall del complejo hotelero y relató la pesadilla que le tocó vivir la madrugada del pasado domingo.

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«Se juntaron varios factores extremadamente peligrosos. La noche, el fuego, que el incendio se declarase en la planta baja (garajes) y que estábamos en mar abierto. Todo sucedió muy rápido. Explosiones, humo por todas partes y lo peor de todo, que estábamos a oscuras porque varias plantas de camarotes se quedaron sin electricidad. El pánico se apoderó de todo el mundo. Había gente corriendo por todas partes: mujeres embarazadas, niños, ancianos, etcétera... un drama», comentan los perjudicados. «Lo hemos perdido todo. Mi furgoneta es una de las afectadas (totalmente calcinada) y con ello parte de mi vida. Estábamos de tránsito entre Marsella y Argel para arrancar una nueva etapa junto a mi mujer e hijos y ahora...».

Son algunas de las decenas de historias de una tragedia marítima. «Queremos dar las gracias a las autoridades españolas. Las diferentes policías, Cruz Roja, el personal sanitario, Protección Civil, los voluntarios... se han portado muy bien. Nunca olvidaremos que cuando más los necesitábamos estuvieron allí para darnos una manta, un café caliente y comida. Pero por encima de todo queremos destacar su humanidad. Nos abrazaron como si fueran de nuestra familia. De hecho, ya forman parte de nuestra familia», añade un grupo de jóvenes.

Este lunes llegó al puerto de Alcúdia el Tassili II, el nuevo ferry encargado de trasladar a los pasajeros y los vehículos afectados hasta el puerto de Argel.