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Una jueza de Palma ha absuelto y ordenado la excarcelación de un hombre para quien la Fiscalía había pedido 3 años de prisión por amenazar a un testigo del caso Cursach, presunto delito por el que el encausado lleva en prisión desde principios de junio.

La titular del juzgado de lo penal 1 de Palma, Concepción Moncada, sí ha condenado al procesado, un empresario y trabajador del ocio nocturno de 30 años, por quebrantar la orden de alejamiento que tenía respecto al testigo.

Por esta infracción penal se le imponen veinte meses de multa a razón de 15 euros por jornada de los que se le restarán los poco más de 100 días que ha estado en prisión preventiva.

El hombre absuelto del delito de obstrucción a la justicia fue juzgado los días 5, 6 y 7 de este mes a raíz de una pieza separada de la causa por presunta corrupción contra el empresario del ocio Tolo Cursach, colaboradores, policías locales y funcionarios municipales que instruye el juez de instrucción 12 de Palma, Manuel Penalva.

En su sentencia, la jueza Moncada considera probado que el acusado, como él mismo admitió en el juicio, quebrantó la orden de alejamiento del testigo que le había denunciado por amenazas para ir a la vivienda de su novia, que vivía en un piso propiedad del hombre ubicado en la zona que tenía vedada.

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La jueza considera que la alegación de su defensa de que el hombre acudió a recoger a su pareja porque ésta sufría un ataque de ansiedad porque había visto en su aparcamiento al denunciante de Cursach no ha quedado acreditado ni se corresponde con la impresión que tuvieron los guardias civiles que detuvieron al acusado.

Respeto a las presiones y amenazas al testigo incriminador que colabora con la Fiscalía en la investigación sobre Cursach, en la sentencia se establece que en la vista no quedaron acreditadas y que el testimonio del testigo denunciante, «única prueba de cargo», carece de «la credibilidad necesaria para fundar la condena».

A la magistrada le resulta «llamativo» que el supuesto amenazado alegara que tenía pánico al acusado pero decidiera trabajar en un bar a pocos metros de sus negocios y pasara en sus desplazamientos en bicicleta acompañado de su hijo junto al restaurante de éste.

La jueza indica asimismo que la Fiscalía no ha acreditado la pretendida vinculación del encausado con el Grupo Cursach que justificaría su deseo de obstaculizar la acción de la justicia amedrentando al testigo.

Por otro lado, desestima la petición del fiscal, Miguel Ángel Subirán, de que se deduzca testimonio para que un juzgado investigue la declaración del denunciante según la cual un abogado le había ofrecido 140.000 euros por cambiar su testimonio en nombre de la mano derecha de Cursach, Tolo Sbert.

Moncada deniega esa solicitud por las contradicciones del testigo, que en fase de instrucción señaló a una persona de cuyo nombre dudaba y cifró la oferta en 110.000 euros y en el juicio indicó el nombre de un letrado y lo corrigió más tarde en una declaración ante la policía.