Agentes del ECO de la Guardia Civil y la Policía Judicial de Algaida han realizado este jueves numerosos registros en la segunda fase de la operación Dajú y ya hay varias personas detenidas. | Alejandro Sepúlveda

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Una gran operación antidroga se está desarrollando este jueves desde primera hora de la mañana en Magaluf y Palma.

Agentes del Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil y la Policía Judicial de Algaida han realizado por el momento doce registros, aunque se esperan más a lo largo de la jornada. Además, ya hay varias personas detenidas, por el momento no se puede confirmar la cifra. En la investigación también está colaborando el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil.

Operación antidroga

El objetivo de esta operación es desactivar importantes puntos de venta de droga de estas dos zonas de Mallorca.

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En Palma, los registros se están realizando en las calles Aragón, Francesc Sancho y Reina Maria Cristina.

Operación Dajú

Se trata de la segunda fase de la operación Dajú, que se inició el verano pasado y en la que se detuvo a varios ciudadanos británicos que eran los que suministraban cocaína a los vendedores de Magaluf. Los agentes tenían la certeza de que una banda de traficantes vendían grandes cantidades de cocaína en la zona y que iban a hacer su ?agosto? con la llegada masiva de veraneantes, la mayoría de ellos británicos. Así pues, se puso en marcha un discreto operativo que incluyó pinchazos y seguimientos y que culminó con cuatro registros domiciliarios y cuatro detenciones.

Todos los arrestados eran ingleses o españoles, muchos de los cuales frecuentaban los bares de Punta Ballena y residían por la zona. El modus operandi de la organización era utilizar ticketeros, que se movían en la noche de Punta Ballena y con la excusa de ofrecer entradas de bares y discotecas también les ofrecían cocaína. La banda de narcos que inundaba Punta Ballena de cocaína entraba la droga en Mallorca en lanchas de recreo, que pasaban desapercibidas en el frenético verano mallorquín. Luego, esos kilos eran almacenados en los denominados pisos «guardería», donde quedaban bajo custodia a la espera que se agotara el material en Magaluf y fuera necesario reponerlo.