El detenido, con polo blanco, custodiado por agentes durante el registro. | Alejandro Sepúlveda

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«Había consumido cocaína y no me acuerdo de nada, pero sé que la he liado». Antonio B.F., el exyerno del pensionista asesinado brutalmente en Sencelles, dejó huellas en el escenario del crimen y pisadas de las mismas zapatillas que llevaba cuando fue arrestado. Este sábado declarará ante el juez de Inca y casi con toda seguridad ingresará después en prisión.

La Policía Científica de la Guardia Civil recogió numerosas huellas en la cocina de la casa, junto al cadáver, y cuando fueron cruzadas dieron positivo con un individuo fichado por una agresión sexual. Se trataba de Antonio B.F., de 40 años, y que había sido la pareja de la hija de Juan Antonio Florit, el asesinado. Los investigadores averiguaron que era consumidor habitual de cocaína y que necesitaba dinero y cuando contactaron con él vieron que presentaba cortes y heridas en las muñecas, que se produjo durante la pelea a muerte con su exsuegro.

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El hombre, que estaba en el paro y últimamente vivía en Es Rafal de Palma, fue arrestado. Oficialmente no ha confesado, aunque sus palabras dejan entrever mucho más: «La he liado», repitió en distintas ocasiones. La Guardia Civil ha descubierto que tras el crimen huyó a una casa de su familia en Son Morro, en Santa Margalida, donde se refugió. Un vecino lo vio llegar lleno de sangre y pensó que había sufrido un accidente.

Precisamente esa propiedad familiar fue registrada este viernes por el Grupo de Homicidios, en busca de ropas ensangrentadas y del arma homicida, que era un cuchillo de grandes dimensiones. El detenido estuvo presente en la inspección, tal y como ocurrió el jueves por la tarde en Palma.

Este viernes se celebró en el cementerio de Inca el velatorio por Juan Antonio Florit, al que acudieron numerosos familiares y amigos.