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El músico barcelonés BeGun ha regresado a España después de tres días encarcelado en Estados Unidos por un «error de visado», según ha difundido el artista en un vídeo publicado en las redes sociales.

«Ésta ha sido nuestra experiencia en los EEUU de Donald Trump. De lejos, han sido las 75 horas más denigrantes y humillantes que jamás hemos vivido tanto Marcel como yo. Pasará mucho tiempo antes de que vuelva a pisar ese país», ha dicho.

«Éste es mi recuerdo de los Estados Unidos de América, el país de la libertad. Llevo casi cuatro días incomunicado y tenía unas ganas de hablar brutales. Acabo de llegar al aeropuerto de Madrid y nos ha pasado una historia bastante tremenda que merece la pena explicar», relata en dicho vídeo.

Según cuenta, su intención era viajar a Ponce, localidad al sur de Puerto Rico, pero tuvieron «mala suerte porque al llegar a la aduana» se encontraron «con Capitán América», un agente que les «denegó la entrada por un error de visado, una tontería».

Y continúa: «Los americanos funcionan a base de los buenos y los malos, y en ese momento fuimos declarados poco más que terroristas. Nos metieron en una sala, estuvimos 24 horas en un zulo como si fuéramos auténticas ratas. No teníamos derecho a comunicarnos con el exterior».

Pasado un día entero, BeGun asegura que no podían más con la «tortura psicológica»; por eso decidieron quejarse, algo que lejos de ayudarles, hizo que les encadenaran «manos y pies con cadenas físicas de metal» y les llevaran «a una prisión federal sin haber cometido ningún delito».

«Ha sido una experiencia brutal. Todo lo que vemos en las películas por nuestro delito, que fue intentar ir a tocar una hora en Puerto Rico. Hemos pasado tres días en un zulo, como si fuéramos traficantes de órganos. La Embajada no nos ha hecho ni caso. Después de esta fantástica experiencia acabo de llegar al aeropuerto», apunta.

El vídeo de BeGun termina con un aviso: «Grabo este mensaje para advertir a mis compañeros músicos de nuestro país. Tened muchísimo cuidado con Estados Unidos porque un error mínimo os puede llevar a una experiencia tan desagradable como la que hemos vivido Marcel y yo. Jamás me había sentido tan denigrado. Todo por un error administrativo que ni los federales se explicaban».