Así, han descartado que la muerte se hubiera producido mientras el joven, que en el momento de los hechos tenía 23 años, la arrastraba hasta la habitación donde la dejó y que, posteriormente, prendió fuego.
Según han explicado, durante la segunda sesión de este juicio, la autopsia apunta a que además de los repetidos golpes en la cara, el estrangulamiento, que le habría provocado la muerte, y las lesiones por carbonización, hubo «violencia controlada por intimidación» ya que se han encontrado «heridas muy pequeñitas» realizadas con «algún objeto de punta y filo», así como «manchas de proyección», de movimientos veloces, en distintos lugares de la escena.
También descartan que la víctima hubiera fallecido debido a la inhalación de humo porque no tenía ni en la cavidad oral ni en la vía respiratoria y sus quemaduras «no presentaban reacciones vitales».
Por su lado, en la primera sesión del juicio, que tuvo lugar este lunes, a M.A.R.P, reconoció los hechos y destacó que no tenía «intención de matarla». Dijo también que había consumido alcohol y sustancias estupefacientes que había mezclado con un tratamiento de ansiolíticos y antidepresivos.
Además, explicó que no recordaba haber provocado el incendio del colchón y que tampoco tenía intención de robar, aunque sí admitió llevarse dinero de la casa y otros objetos de valor.
Según el relato del Ministerio Fiscal, tras matar a su vecina a quien conocía desde la infancia, robó distintos objetos de valor de su vivienda y la prendió fuego, aunque sabía que en el edificio había tres viviendas más ocupadas, una de ellos por familiares suyos.
La Fiscalía mantiene que tras matar a la víctima, registró la vivienda y se llevó una cantidad indeterminada de dinero, un reloj y una pulsera. Acto seguido, arrastró el cuerpo de la víctima hasta su dormitorio y prendió fuego el colchón. Esparció el contenido de botellas de licor y abrió las espitas del gas para que el fuego se propagase más rápido.
El cuerpo de la víctima acabó carbonizado parcialmente y el colchón del todo, así como algo de ropa y el somier, pero no llegó a más por la falta de oxígeno al estar puertas y ventanas cerradas.
Por esto, el Ministerio Fiscal pide para el acusado 40 años de cárcel y una indemnización de 20.000 euros a cada uno de los dos hermanos de la víctima.
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