Alexander Romanov, primero en el banquillo, junto a otros acusados. | Guillermo Esteban

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La defensa de Alexander Romanov, acusado de blanquear en España 14 millones de euros de la mafia Taganskaya, ha pedido la nulidad de las pruebas de la Fiscalía porque surgen de escuchas telefónicas y registros que son ilegales al basarse en la «estigmatización» del acusado por que es ruso y exconvicto.

Según el letrado Cristóbal Martell, que defiende al principal acusado en el juicio que ha comenzado este viernes ante la Audiencia de Palma, el planteamiento inicial de la Fiscalía es: «Ruso que trae dinero a España que en su día resultó condenado: blanqueo de capitales», pero no se basa en pruebas fehacientes.

El abogado ha incidido ante el tribunal en que Romanov, que se enfrenta a una petición de pena de 17 años de prisión y 40,1 millones de euros de multa, ha sufrido una «lesión relevante» en sus derechos fundamentales al secreto de las comunicaciones, la intimidad y la tutela judicial efectiva.

«Esto es una investigación prospectiva», ha sostenido Martell en su descripción del papel de la Fiscalía y del juzgado de instrucción, cuya actitud investigadora ha caricaturizado con frases como: «Vamos a pinchar al ruso y a ponernos a esperar, que algo saldrá».

La jornada inicial del juicio, que se celebra ante la sección segunda de la Audiencia de Palma, se dedicará a las cuestiones previas planteadas por las defensas de los doce acusados, a los que se atribuye blanqueo de capitales, organización criminal, delitos contra los trabajadores, falsedad documental y revelación de secretos. En total, se enfrentan a peticiones de condena que suman 76 años de prisión y 165 millones de euros en multas.