La víctima falleció en el mes de agosto de 2010 en El Toro, durante una excursión de buceo. | Michel's

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El acompañante de una joven que murió en un accidente de buceo en agosto de 2010 en El Toro fue juzgado este viernes acusado de una falta de imprudencia que, según la acusación, desencadenó la muerte de la joven.

La víctima tenía 31 años cuando falleció y era una buceadora muy poco experimentada. Ese día se sumergió con el acusado.

Según relató éste cuando estaban a unos treinta metros de profundidad la víctima se puso nerviosa y le pidió ayuda. Él infló el chaleco que llevaba. La mujer subió a la superficie de forma instantánea. Al no hacer ninguna parada, la descompresión provocó daños irrecuperables en la víctima.

La acusación señala que el compañero tenía un deber de cuidar a la joven porque era un buceador mucho más experto.

La defensa señala que tenían la misma titulación y que, en todo caso, existió un comportamiento imprudente por parte de ambos.

Un experto de la Guardia Civil que declaró como testigo aseguró que no llevaban todo el equipo necesario, no había nadie en la superficie para ayudarles y fueron en un barco que no permitía subir con facilidad en caso de accidente.

Además afirma que el acusado no ha dicho la verdad sobre la profundidad y duración de la inmersión en base al oxígeno que ambos habían consumido de las bombonas.