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La Guardia Civil cree que Andreu Coll y Francisco Abas destruyeron mensajes que les incriminaban de sus teléfonos móviles. De la inspección realizada a sus conversaciones a través del programa de mensajería Whatsapp los investigadores deducen que ambos borraron distintas conversaciones que podrían aportar más detalles a cómo terminaron con la vida del padre del primero, el empresario Andreu Coll el pasado mes de julio.

Ayer, ambos autores confesos del crimen comparecieron ante el juzgado de Inca que instruye la causa para que las acusaciones concretaran los cargos contra ellos. Se trata de un trámite fijado por la Ley del Jurado a través de la cual serán juzgados.

Finalmente, la Fiscalía les imputa a los dos un único delito de asesinato, en el caso de Andreu Coll con el agravante de parentesco. La acusación particular, que ejerce el letrado Jaime Campaner en representación de la hermana y el padre de la víctima, incluye otros dos delitos en el procedimiento. Por un lado les acusa de hurto por haberse apropiado de 12.000 euros tras el crimen. Además les imputa una tentativa de asesinato porque la noche antes de matar a Andreu Coll ambos jóvenes drogaron a la víctima con pastillas que escondieron en un bizcocho. Después, cuando el empresario dormía le golpearon con un palo. Aquella agresión quedó ahí y los dos adolescentes consiguieron calmar a la víctima, a la que hicieron creer que alguien más había entrado en la vivienda.

La acusación particular ha solicitado al juzgado que la Guardia Civil reconstruya esos mensajes perdidos y un informe forense sobre los objetos usados en el crimen.