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Tercer grado a un capitán de la Guardia Civil. Seis horas duró el interrogatorio de la Fiscalía y las defensas al máximo responsable de la investigación que terminó en la ‘operación Kabul’. Los abogados que representan a los 54 acusados buscaron puntos débiles en las investigaciones que se realizaron antes de los dos autos que autorizan pinchazos telefónicos que consideran nulos.

Uno de los motivos de discusión en el juicio es el auto que autorizó los pinchazos al clan de los Jodorovich. El 26 de mayo de 2008 la Guardia Civil interceptó un envío de dos kilogramos de cocaína de Barcelona a Palma vinculado a éstos y a ‘El Pony’. De hecho, aparecen huellas digitales de uno de los hermanos Montero Jodorovich y de ‘El Pony’ en el alijo. A raíz de este hallazgo se solicitaron varios pinchazos que el juez autorizó. El alijo se intervino a raíz de que un confidente alertara a la Guardia Civil. Lo curioso es que, en ese momento, un grupo de investigación del Cuerpo Nacional de Policía tenía pinchados los teléfonos de los Jodorovich y habían escuchado una conversación en la que se hablaba de ese envío de droga a Palma. El capitán de la Guardia Civil declaró ayer que el CNP omitió esa información. De hecho, según dijo, no supo que existía esa grabación hasta hace unos días, cuando fue aportada por las defensas como prueba.

Las pesquisas que desarrollaba la policía en Barcelona dieron lugar a la absolución por el Supremo de los Jodorovich. Las defensas han intentado vincular ambas investigaciones. El capitán dejó claro que sólo habló en dos ocasiones con el responsable del caso en la Ciudad Condal y que llegaron a la conclusión de que eran dos investigaciones independientes.

Confidentes

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El capitán relató cómo surgió la opción de investigar al clan de ‘La Paca’ a raíz de las informaciones que proporcionaron dos confidentes. De ellos obtuvieron datos sobre dos de los proveedores de Son Banya: ‘El Chupi’ y ‘El Kike’. A partir de ahí detalló cómo a través de los pinchazos completaron la información. Las defensas atacan también el inicio de las pesquisas. En una respuesta al letrado Gaspar Oliver, replicó: «Usted me está pidiendo que en un oficio inicial yo demuestre que se vende droga».

Entre los datos que aportó, señaló que las primeras escuchas hablaban de las deudas que tenían los clanes de Son Banya con sus proveedores. en concreto, ‘La Bizca’ tuvo serios problemas para pagar después de que le robaran diez kilogramos de cocaína.

Otra curiosidad de las escuchas es que ‘El Ico’ intentaba adquirir droga al margen de ‘La Paca’. En una conversación dice «que no se entere mi madre». Sin embargo, la matriarca sí que se enteró y autorizó la venta, pero «sólo un kilo».

El responsable de la investigación también defendió la fiabilidad de los confidentes y señaló que informó de ellos al juez de instrucción que autorizó los pinchazos.