La presencia policial en el interior de la sala del polígono de Son Rossinyol se reforzó con efectivos llegados desde Valencia. | Alejandro Sepúlveda

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Enrique Molina Navarro, ‘El Kike’, asegura que él se limitaba a vender coches en el año 2008 cuando la Fiscalía le sitúa como el principal mayorista de heroína y cocaína que abastecía a los clanes de Son Banya. El supuesto líder de una organización con sede en Barcelona fue el primer acusado en declarar en el macrojuicio que ayer se retomó con medidas de seguridad reforzadas. Efectivos de la UIP del Cuerpo Nacional de Policía venidos desde Valencia se sumaron a los que ya estuvieron en la primera sesión de la vista.

Antes de que comenzaran las declaraciones, la Sala explicó su decisión sobre la batería de cuestiones previas planteadas por las defensas y que buscan excluir las conversaciones telefónicas en las que se basa la acusación. El Tribunal explicó que hasta la sentencia no podrá tomar una decisión una vez que en la vista se hayan examinado las pruebas cuestionadas y se conozca cómo se desarrollo la investigación. Un argumento similar se dio a la petición de los Jodorovich de ser excluidos del proceso. La decisión de la Sección Segunda de la Audiencia estuvo acompañada de una catarata de protestas por parte de las defensas. Algo similar ocurrió con el aluvión de pruebas nuevas propuestas por las distintas partes, tanto por las defensas como por Fiscalía que también motivó protestas diversas por la inadmisión de algunos documentos.

Tras estos prolegómenos, en la primera sesión en la que tenían que declarar los acusados, a penas hubo tiempo a que lo hicieran nueve, todos ellos miembros del ‘clan del Kike’. Ninguno accedió a responder a las preguntas del fiscal Antidroga, Adrián Salazar y todos negaron cualquier relación con los cinco envíos que les imputa la Fiscalía, en los que se aprehendieron más de diez kilogramos de cocaína. El supuesto cabecilla, ‘El Kike’, por negar hasta negó tener ese mote. Según contó se dedicaba a gestionar un bar musical en Barcelona y a un negocio de compra y venta de automóviles, si bien admitió: «Papeles no tengo porque los vehículos no estaban a mi nombre. Yo era un intermediario». Además indicó que no conocía a ningún otro acusado salvo a la que entonces era su novia.

Otro de los acusados puso en cuestión su versión al decir que trabajaba para ‘El Kike’ en el bar y que éste le había regalado un viaje a Mallorca en el que le transportó un coche. En la sesión de hoy continuarán declarando los 44 acusados que aún no lo han hecho.