El acusado, durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial. | Alejandro Sepúlveda

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Con un error de uno entre tres trillones, Mohamed Fadel fue hombre que violó y apuñaló a Cheryl Madison en Magaluf. Los expertos de la Guardia Civil que examinaron los restos de ADN concluyen con una seguridad casi absoluta que había restos biológicos del acusado en las sábanas y la ropa que se encontraron en el apartamento del edificio Margasol en el que se produjeron los hechos en mayo de 2008. Eso sí, los agentes de la científica no encontraron ni restos de sangre en el cuchillo con el que supuestamente se produjo el ataque ni de semen en las muestras que se tomaron en el escenario.

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En la segunda sesión del juicio también declararon los forenses que examinaron a la víctima después del ataque. Enumeraron que tenía fracturas en la nariz y la mandíbula y dos puñaladas: una en el trapecio, cerca del cuello y otra en el tórax. Esta segunda hubiera sido mortal ya que alcanzó a los pulmones de la joven. A preguntas de la defensa, los médicos señalaron que, sin embargo, no encontraron en su examen a Cheryl señales de lesiones en sus genitales.

Otro de los ejes del interrogatorio de la defensa fue el estado mental de Fadel. Los forenses aseguraron que no ven en él indicios de trastornos mentales. Sin embargo, la defensa ha aportado un informe médico de Marruecos en el que se le diagnosticaba un trastorno maniaco y se le prescribían medicamentos que se usan habitualmente para mantener estabilizados a bipolares. Este diagnóstico, según los forenses tiene mal encaje con el hecho de que desde que está en prisión -hace año y medio- el acusado no ha tomado esas medicinas y, sin embargo, no ha padecido episodios maniacos.