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Nuevo aterrizaje de emergencia en Magaluf. De un turista ebrio, por supuesto. Un joven británico de 21 años de edad intentó trepar en la madrugada de ayer de su tercera planta del hotel a la cuarta, y se precipitó desde diez metros de altura. Milagrosamente, cayó de pie y salvó la vida.

El joven había llegado el pasado día 16 con unos amigos de su país y se alojaba en un establecimiento hotelero, a 200 metros de Punta Ballena. En la noche del martes al miércoles parece ser que estuvo consumiendo bebidas alcohólicas con sus compatriotas.

Enloquecido

De vuelta a su hotel, a eso de las tres y media de la madrugada, se encontraba muy alterado y comenzó a correr por los pasillos. De repente, según contaron algunos testigos presenciales, salió por una ventana e intentó trepar del tercer al cuarto piso. A continuación, perdió el equilibrio y se cayó desde diez metros de altura.

El impacto habría sido mortal de no ser por un detalle: cayó de pie, como los gatos. Aún así, Peter Thomas sufrió lesiones graves en las dos piernas y quedó tendido sobre el suelo, consciente pero gritando de dolor.

El personal del establecimiento y los compañeros del herido dieron la señal de alarma y poco después llegaron hasta el hotel patrullas de la Guardia Civil del cuartel de Palmanova, agentes de la Policía Local de Calvià y una ambulancia del 061, cuyos sanitarios atendieron a la víctima. Su pronóstico era reservado, ya que los médicos temían que padeciera lesiones internas, y los médicos también le colocaron un collarín porque las cervicales habían sufrido las consecuencias de la caída.

Testigos

Los investigadores intentaron tomar declaración a varios turistas testigos del accidente, pero la inmensa mayoría de ellos se encontraban tremendamente bebidos y fue imposible sacarles unas pocas palabras coherentes.