El joven palmesano tenía 28 años cuando sufrió su trágico accidente. Desde entonces, su silla de ruedas se ha convertido en su fiel aliado. Su familia se ha convertido en el principal apoyo. Sus padres y hermanas no se separan ni un momento de su lado. | Alejandro Sepúlveda

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La historia de Iván Carmona, un joven palmesano de 31 años de edad, es todo un ejemplo de superación, entrega y ganas de vivir.

Iván sufrió un aparatoso accidente de tráfico en la madrugada de Nochebuena del año 2008. Los Bombers de Palma tardaron más de dos horas para conseguir rescatarlo debido al amasijo de metales en que quedó el coche. El destino decidió cruzarse en la vida de nuestro protagonista y le propuso un contrato. Se salvaría de esta, pero con la condición de permanecer postrado en una silla de ruedas con una alta lesión medular para el resto de sus vidas.

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Iván se ha tomado esta segunda oportunidad como una nueva forma de vida, no hay día en que no le sonría, gaste bromas y sobre todo luche para salir adelante. Es todo un luchador y le da igual lo que le diga uno, dos, diez o veinte médicos, porque él está convencido de que algún día llegará a caminar. De momento, el joven está superando con creces todo lo que se propone.

«La verdad es que no me acuerdo de nada del accidente. Sólo recuerdo que estaba en el hospital y pensaba que los enfermeros me tenían secuestrado y querían matarme. Tras permanecer 42 día en la UCI de Son Dureta me llevaron al Instituto Guttmann de Cataluña. Allí son expertos en el estudio de lesiones medulares severas y daños cerebrales», añade Iván.

Por su parte, sus familiares no se han movido en ningún momento de su lado. «Lo normal cuando tienes una lesión medular tan importante es que a los seis meses la Seguridad Social decida no seguir con la rehabilitación. Con mi hermano llevan casi tres años porque su fuerza de voluntad y sus ganas de seguir viviendo le han hecho conseguir logros que algunos médicos califican de milagro», afirma Carolina, hermana mayor de Iván.