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Más de cien muertos y desaparecidos es el saldo provisional del trágico naufragio de un barco ruso que se hundió el domingo en medio de una tormenta cuando efectuaba una travesía turística por el río Volga, el más caudaloso de Europa.

«Murieron muchos niños», el barco era «muy viejo, malo», aseguró Nikolái Chernov, uno de los supervivientes de la tragedia ocurrida en la república rusa de Tatarstán.

Según el Ministerio de Situaciones de Emergencia, en la embarcación de nombre «Bulgaria» viajaban 208 personas (148 turistas, 35 tripulantes y 25 pasajeros no registrados), de las que sólo 80 han sido rescatadas con vida.

Mientras, el resto habrían muerto ahogadas en un tramo del Volga donde la costa más cercana se encuentra a cerca de tres kilómetros de distancia. Entre los muertos figuran al menos una treintena de niños que, según Chernov, habían sido concentrados en uno de los compartimentos del barco habilitado como sala de música y juego. La Fiscalía General rusa denunció que la compañía naviera propietaria del barco y sus tripulantes cometieron numerosas infracciones.

«La embarcación ha operado durante 56 años. La última reparación completa se efectuó hace 30 años, en 1980. Carecía de licencia de transporte de pasajeros», afirmó Marina Gridneva, portavoz de la Fiscalía.