Imagen de los miembros del clan gitano en el banquillo de los acusados. | Alejandro Sepúlveda

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Una instrucción que se demoró durante prácticamente una década ha dejado en el mínimo las penas de cárcel contra el 'clan de La Jesusa' por tráfico de drogas en Son Banya: de unas penas que sumaban más de 70 años que pedía la Fiscalía en su escrito inicial contra trece acusados, el ministerio público pasó a pactar con las defensas seis años para nueve acusados. El enorme retraso de la operación en llegar a juicio -las detenciones se produjeron en 2001- ha llevado a que tres de los acusados hayan fallecido y otro no ha sido acusado porque padece una enfermedad mental que hace que no se le pueda juzgar.

La Fiscalía reconoció ayer a los acusados como muy cualificado el atenuante de dilaciones indebidas. De esta manera, los acusado reconocieron los hechos y admitieron penas de un año para cuatro de los acusados por tráfico de drogas. Los otros cinco, acusados por resistirse a la policía durante la intervención de los agentes -una de ellas incluso agredió a un policía con un plato en la cabeza- suman cuatro meses de prisión por cada uno de los delitos.

En octubre del año 2001, el Cuerpo Nacional de Policía realizó una operación en el poblado de Son Banya contra este grupo. En varios domicilios encontraron pequeñas cantidades de droga y dinero en efectivo. Al entrar en la vivienda de una de las hijas de la matriarca, sus ocupantes comenzaron a insultar y a empujar a los agentes. Pretendía ganar tiempo para deshacerse de la droga que había en la casa. Uno de los policías fue golpeado en la cabeza con un plato que le causó una brecha. A otro le estrellaron una botella contra el cráneo pero llevaba casco.