Las mordeduras en los cuellos y piernas de las ovejas indican que los perros que las atacaron eran de gran tamaño. | Margalida Mestre

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Francisco y Llorenç Mestre son dos hermanos que explotan la finca sa Bassa, en Felanitx, donde hay medio centenar de ovejas. Ayer por la mañana se llevaron una desagradable sorpresa cuando acudieron a los terrenos y encontraron una docena de ovejas muertas y más de una veintena heridas, debido al ataque de uno o varios perros. Los perjudicados llamaron a la Policía Local de la localidad para dar cuenta de lo ocurrido y después tenían previsto poner la correspondiente denuncia.

Llorenç, muy afectado, explicó: «En una noche se ha estropeado el trabajo realizado hasta ahora, hay ovejas heridas que se morirán y las que están heridas y no se mueran no sirven para nada. También tardaremos tiempo en arreglar los destrozos y nuestra economía se resiente».

El perjudicado agregó que «los perros que han hecho esta masacre deben tener cierta envergadura, como se puede ver por las mordeduras que tienen las ovejas en los cuellos y las piernas». El afectado recordó que es la tercera vez que su rebaño de ovejas es atacado por perros y quiso que este último caso «sirva para que haya un poco de conciencia de lo que pueden hacer algunos perros. Los perros no tienen la culpa, son los amos que no son responsables y no se preocupan de que no se les escapen, no se pueden dejar los perros sueltos sin preocuparse, porque pueden hacer desastres como el que nos han hecho a nosotros», concluyó.