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El juicio de nunca acabar amenaza con no empezar nunca. La causa contra 33 personas por el desembarco de tres toneladas de hachís en Valldemossa en febrero de 2008, tampoco pudo empezar ayer. Hace dos semanas su inicio ya se vio frustrado porque tres encausados no tenían abogado. Ayer a las diez de la mañana sólo había presentes 31 de los 33 acusados. Uno de los ausentes llegó hora y media tarde: se había quedado dormido. El otro se presentó en un juzgado, pero en Vic (Barcelona). Al parecer, el procesado, de nacionalidad marroquí, tenía el pasaporte caducado y por eso no le permitieron volar desde Barcelona a Palma. La Sala ordenó su detención y traslado a Mallorca para que comparezca hoy ante el Tribunal.
De esta manera, se espera que la vista oral pueda comenzar hoy, al tercer intento. El juicio es una de las causas más complejas vistas en Palma, no tanto por el fondo del asunto, sino por el número de implicados, una decena más que en procesos como el 'caso Son Banya'. Además, una buena parte de los acusados precisan de intérprete en la sala. En principio estaba previsto que las sesiones se prolongaran a lo largo de quince sesiones en tres semanas. Sin embargo, las dos sucesivas suspensiones hacen que la Sala haya decidido programar la vista además durante las tardes.
En la causa existen dos grandes grupos. Por un lado están los encargados del desembarco del hachís, que suponen el grueso de los acusados. Además, se juzga también los miembros de una banda que pretendían asaltar a los primeros para robarles la droga, algo que finalmente frustró la Guardia Civil al intervenir, a raíz de unas escuchas telefónicas, para detener a los acusados.