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La Fiscalía solicita una pena de 55 años de cárcel a un joven de 26 años acusado de secuestrar a su ex pareja durante tres días y violarla y golpearla de forma reiterada y muy violenta durante ese periodo. La mujer ingresó en Son Dureta con ocho fracturas en distintos huesos de la cara. El juicio estaba programado para ayer en la Audiencia Provincial de Palma, aunque fue suspendido porque la víctima no pudo asistir por un problema familiar. La vista oral quedó fijada de nuevo para el mes de mayo.
En su escrito de acusación, la Fiscalía enumera tres violaciones diferentes. Por cada una de ellas solicita quince años de cárcel. A estos delitos suma otros cinco años de cárcel por retención ilegal y otros tantos por las lesiones que sufrió la mujer. Además, el Ministerio Público pide que se impida al acusado acercarse a la joven durante 86 años.
Los hechos que sostiene el fiscal que ocurrieron en la Nochevieja de 2009 son extremadamente violentos. El acusado celebraba junto a la víctima y otros amigos y familiares la llegada del año nuevo en un piso de la calle Sindicato, propiedad de su hermano. En torno a las dos de la madrugada, ambos se quedaron a solas en la vivienda.
Palizas
La joven, de 25 años y de nacionalidad rumana, al igual que el acusado, se negó a besar a su agresor, con quien había roto una relación sentimental. El hombre, de acuerdo con la Fiscalía, reaccionó con una violencia desmedida. Comenzó a dar puñetazos y patadas a la mujer y llegó a romperle la mandíbula con los golpes. A continuación la llevó hasta una habitación, donde se produjo la primera de las agresiones sexuales. En ese momento, le llamó por teléfono su hermano para decirle que volvían a la casa. El acusado obligó a la joven a que pusiera a limpiar las sábanas manchadas de sangre, cogió un cuchillo y amenazó a la víctima para que fuera con él a su piso en Son Gotleu. Allí, se repitieron los salvajes episodios de violencia y de vejaciones sexuales. Tres días después, en la tarde del día 3, el acusado dejó que la mujer saliera de la casa. Eso sí, antes le confesó que ya había cometido antes una agresión de ese tipo.
La víctima fue a Son Dureta, donde tuvo que ser operada, ya que tenía hasta ocho fracturas en huesos de la cara. El acusado fue detenido más tarde en su casa por la Policía Nacional, que encontró en la vivienda el cuchillo con el que supuestamente amenazó a la mujer.