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La Audiencia Provincial de Palma condenó ayer a cuatro de prisión a dos hombres, de 39 y 59 años de edad por rociar con gasolina a otro en una caseta del poblado de Son Banya.

Los condenados por la tentativa de asesinato del ciudadano nigeriano Moussa Mohaman, eran consumidores habituales de drogas, por lo que frecuentaban el poblado. Durante el otoño de 2004 habían sufrido varias agresiones y amenazas por parte de la víctima. Hartos de la situación, el 18 de octubre de ese año, se pusieron de acuerdo y fueron a la chabola donde vivía la víctima, que se encontraba durmiendo. Los dos hombres rociaron de gasolina la caseta, hecha de bloques de hormigón y uralita. Además, arrojaron una botella al interior y prendieron fuego con la intención de matar a su ocupante. La víctima sufrió quemaduras de segundo grado en el 22 por ciento de la superficie de su cuerpo, en especial en la cara, cuello, extremidades y tórax. En un principio, la acusación solicitaba una pena de cárcel de diez años para cada uno de los dos acusados, además del pago de una indemnización de 30.000 euros a la víctima. Sin embargo, la Fiscalía llegó a un acuerdo con los abogados defensores Gaspar Oliver y Carlos Portalo y valoró como muy cualificado el atenuante de toxifrenia, por lo que la pena final queda en cuatro años para cada uno. Eso sí, finalmente tendrán que indemnizar a la víctima con 60.000 euros.

El juicio contra los dos condenados tuvo que ser suspendido hace un año ya que uno de los dos acusados no compareció, por lo que fue declarado en rebeldía y puesto en búsqueda en captura. En aquella ocasión, tampoco acudió al juicio Moussa Mohaman, la propia víctima, a pesar de que se encontraba en prisión.

Moussa Mohaman junta un historial truculento a sus espaldas, tanto como víctima como delincuente. Su primera detención por un delito grave fue por una violación en 2004. Tras sufrir el intento de asesinato en 2004 pasó varios meses internado en la unidad de quemados de Vall d'Hebrón, en Barcelona. Unas pocas semanas después de dejar el centro fue arrestado por un robo con violencia en el centro de Palma. En aquella ocasión, se acercó a pedir dinero a una mujer, que accedió y abrió el bolso, momento en que el nigeriano, que estaba bajo el síndrome de abstinencia, metió la mano con la intención de llevarse la cartera. Tras forcejear durante varios minutos, la víctima cayó al suelo, aunque varios hombres lograron retener al joven hasta la llegada de la policía. Durante el juicio, ni la víctima ni un testigo no tuvieron dudas a la hora de identificarle y Moussa fue condenado.

En agosto de este año, terminó de cumplir su condena y salió de la cárcel. Hace una semana fue detenido por la tentativa de asesinato de un indigente en una vivienda cercana al cementerio de Palma. Según la versión policial, Moussa entró junto a un compañero en el interior del piso y golpeó al hombre, mientras su compañero intentaba cortarle la cabeza con una sierra. Aunque consiguió huir aquel día, fue detenido poco después por la Policía Nacional.