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Al menos 72 personas murieron al paso de la tormenta tropical Ketsana por el tercio norte de Filipinas, donde sus lluvias torrenciales causaron las peores inundaciones en cuatro décadas, informaron hoy fuentes oficiales.

El Gobierno ha declarado el estado de catástrofe en la capital y otras 25 provincias arrasadas por el temporal en la isla de Luzón, anunció el ministro de Defensa y presidente del Consejo Nacional de Coordinación de Desastres, Gilberto Teodoro.

Hasta 35 residentes de Rizal, al este de Manila, perdieron la vida ahogados en riadas y corrimientos de tierra causados por los aguaceros. El resto de víctimas mortales se registraron en la capital y provincias aledañas, donde ya se habla de miles de desplazados, la mayoría de los cuales todavía no han podido ser evacuados a centros de refugiados.

La presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, tuvo que tomar el Metro para acudir a una reunión con su gabinete de crisis por las vías urbanas totalmente inundadas.

En apenas 12 horas, cayeron el sábado sobre Manila y el resto de zonas afectadas 33'4 centímetros de lluvia por metro cuadrado, una cantidad a la media mensual en esta época del año y que batió el récord anterior para una misma jornada, establecido en 1967.

Las imágenes de televisión mostraron a decenas de manileños desesperados subidos a los tejados de sus casas, otros desplazándose en lanchas de plástico por la ciudad, coches abandonados por estar sumergidos y kilómetros atascos en casi todos los 17 municipios de la capital.

Varios vuelos domésticos e internacionales fueron retrasados o cancelados cuando las aguas llegaron incluso al aeropuerto, y el suministro eléctrico fue interrumpido en los barrios más pobres para prevenir cortocircuitos.

Las autoridades insistieron en su llamamiento para que la población se quede en casa para no colapsar todavía más el tráfico y se abstenga de depositar basura cerca de los desagües para no reventar el vetusto sistema de cañerías del que dispone la mayoría de distritos.

Ketsana tocó tierra en Filipinas la madrugada del sábado con vientos superiores a los 100 kilómetros por hora y en las próximas horas abandonará el archipiélago con dirección al sur de China.