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Un total de siete radares fijos vigilarán la costa balear, especialmente la zona sur y sureste, para luchar contra los narcotraficantes y el tráfico ilegal de personas.

La red de radares del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) de Balears, integrada por un total de siete estaciones conectadas a un centro de comunicaciones avanzado instalado en la comandancia de la Guardia Civil. Los mismos entrarán completamente en funcionamiento a partir de finales del próximo mes de octubre y, con ello, según Ramon Socías, «el litoral balear quedará totalmente blindado a las rutas de entrada de los narcotraficantes y de las pateras».

Financiación
Así lo manifestó el delegado del Gobierno durante una rueda de prensa mantenida ayer con la finalidad de informar sobre el despliegue de este sistema de vigilancia, que es financiado por el Ministerio del Interior y la Unión Europea, y que gestionarán una veintena de agentes de la Benemérita.

En la primera semana de octubre entrarán en funcionamiento los radares de Portocolom (Felanitx) y Na Penyal (Sant Llorenç des Cardassar), a los que se unirán, a lo largo de la segunda quincena, el de Puig de Na Tudosa (Artà) y Son Bou, en Menorca. Todos ellos se encuentran en distintas fases de construcción y, cuando finalice, se unirán al de Eivissa, que funciona desde el año pasado, pero que no está conectado aún con el centro operativo.

Con las nuevas incorporaciones, aún quedarán pendientes los radares de Cala Figuera (Santanyí) y Es Penyal Blanc (Cabrera), que registran problemas de ubicación.

Ramon Socías afirmó que, «los radares están ubicados estratégicamente en diferentes puntos de las Islas para que cubran el máximo de zona posible. No les voy a precisar el alcance y los rátios de cobertura para no dar pista a los narcotraficantes», concluyó el delegado del Gobierno.

Respecto a los problemas surgidos por las obras de construcción de algunas torretas, delegación del Gobierno destacó que por motivos de defensa nacional no es preciso solicitar licencia de obras.