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Un ciudadano español de 51 años de edad se sentó ayer en el banquillo de los acusados para responder por dos delitos de robo con violencia cometidos este año en Palma.

El acusado, que cuenta con antecedentes penales que se remontan a 1978, se enfrenta a una pena de cinco años de prisión, después de que la fiscal, en el trámite de conclusiones definitivas, retirara uno de los dos delitos. La causa del cambio de la fiscalía es que una de las dos víctimas no pudo reconocer al hombre como su atracador. Los dos delitos que se le imputaban se cometieron el mismo día, en el mes de abril de este año. Una de las víctimas sí que identificó en el acto del juicio de forma clara al agresor.

El sujeto cometió el delito del que se le acusa de forma definitiva en las cercanías de la Escuela Graduada. El acusado pegó un fuerte tirón en el cuello a la mujer y salió corriendo con una cadena de oro que llevaba la víctima. La víctima, además del robo, afirma que sufrió un grave golpe en el pecho a causa del asalto, extremo ratificado en la sesión del juicio de ayer por el forense que examinó a la mujer, que tiene 78 años de edad. La fiscal acusa finalmente de un delito de robo con violencia y pide una pena de cárcel de cinco años para el acusado, al incorporar el agravante de reincidencia. Unas semanas antes de cometer el asalto que se le imputa, el acusado había salido de la cárcel tras cumplir una condena por un delito similar.

La defensa, a cargo del abogado Miquel Àngel Cardell, solicita una condena de nueve meses al estimar que concurre el atenuante de toxifrenia y que no se produjeron daños graves a la víctima.