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«La persona o las personas que han entrado a robar aquí no merecen ninguna compasión, es gente que tiene mucha malicia y no me merece ningún respeto, estas cosas podían pasar en la Edad Media, pero en el siglo XXI no lo entiendo». El padre Miguel Garau, prefecto de Monti-sion, se encuentra tremendamente afectado por los robos de obras de arte que se han registrado en la iglesia, que han supuesto «el peor disgusto que me podían haber dado nunca». De hecho, mientras ayer explicaba la fechoría de los ladrones, se emocionaba por momentos, hasta el punto de que le llegaban a saltar las lágrimas.

Garau indicó ayer que los ladrones han 'visitado' la iglesia en dos ocasiones en los últimos días y se han llevado, en total, cinco ángeles y cuatro predelas del altar mayor de gran valor. «En el primer robo se llevaron cuatro ángeles: dos que estaban en el altar de la Mare de Déu del Pilar (cada uno estaba a un lado del pilar aguantándolo); y dos ángeles más en la capilla de la Inmaculada de las congregaciones marianas, que estaban a cada lado lado de la virgen. En el segundo robo se llevaron un tercer ángel que estaba a los pies de la Mare de Déu del Pilar y cuatro predelas del altar mayor», afirmó el prefecto de Monti-sion.

Garau apuntó que los ángeles de las capillas que han sido sustraídos son de principios del siglo pasado y las predelas del altar mayor están realizadas en talla de madera policromada, datan de principios del Siglo XVI, son obra del artista italiano Camilo Silvestre Peronio, el tamaño aproximado de cada una es de 84x44 centímetros y «su valor es incalculable».

En este sentido, el prefecto de Monti-sion aseguró que «es increíble lo que ha hecho esta gente (en referencia a los ladrones), que te mutilen un retablo de esta categoría es muy fuerte y su valor es muy difícil de calcular, las predelas se habían restaurado el año pasado y estaban perfectas».

Las cuatro predelas recogen las escenas de la Anunciación, la Adoración de los Pastores, la Adoración al niño Jesús de los Reyes Magos y la Circuncisión y Adoración de Nuestra Señora, concretó Garau.

Denuncia

El responsable de la iglesia de Monti-sion, que se encuentra en la calle del mismo nombre, en el casco histórico de Palma, se percató del robo el domingo por la mañana, sobre las 11.15 horas, cuando iba a cerrar la iglesia, después de la misa, y más tarde interpuso la denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía (CNP), que se encarga de realizar la investigación. Según consta en la denuncia, el valor total de las obras sustraídas podría rondar los 600.000 euros.

Al parecer, el ladrón o ladrones se escondieron en el interior y después se fueron por la puerta principal, que abrieron con la llave que estaba en la sacristía, «aunque hay que esperar a la investigación policial para saber lo que ha pasado».

El prefecto de Monti-sion manifiesta que la iglesia está abierta a todo el mundo y las puertas se suelen abrir al público un cuarto de hora antes de las misas, que se celebran cada día, entre semana, de 20.00 a 20.30 horas, y los sábados y domingos a las 08.00 de la mañana y 18.00 y 20.00 horas de la tarde. «Tampoco hay una excesiva vigilancia, pero nunca esperas que pase una cosa así, ahora nos obligará a replantearnos la situación, es triste pero es así», concluye Garau.

G.P.

La iglesia de Monti-sion está abierta a todo el mundo, desde fieles hasta turistas y, por tanto, el robo pudo haber sido cometido por cualquier persona, pero los indicios apuntan a que el delincuente o delincuentes que sustrajeron las obras de arte conocían perfectamente la casa y esto les permitió actuar con gran precisión. Por el momento se investiga por dónde entraron, aunque se sospecha que se escondieron dentro de la iglesia. Lo que sí se sabe con certeza es que salieron por la puerta principal, tras abrir la cerradura con la llave. La llave estaba escondida en un cajón de la sacristía, dato que tenía que ser conocido por los ladrones, ya que no removieron nada para encontrarla, sino que se apoderaron de ella de forma 'limpia' y se la llevaron, por lo que no se descarta que tuvieran intención de volver para apoderarse de más obras de arte.