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JULIO BASTIDA/AGENCIAS Àngel Sánchez y su mujer Elena son un matrimonio mallorquín que, hace un año, perdieron en el trágico accidente del avión de Spanair de Barajas a dos familiares directos.

En aquel fatídico vuelo JK5022 fallecieron 154 personas, entre las que se encontraban la hermana y el padrastro de Elena, una joven estudiante mallorquina.

Muy amablemente y, visiblemente afectado, nos atiende Àngel Sánchez. «Un año después aún tenemos pesadillas por las noches de lo sucedido. Fueron días muy duros y de mucho dolor. La vida, desde aquel trágico 20 de agosto, nos cambió para siempre. Ahora que se celebrará el primer aniversario muchas televisiones, periódicos, revistas etc... están reproduciendo imágenes de lo que sucedió y se nos estremece el alma», relata Àngel.

Los familiares mallorquines de las víctimas tuvieron que recibir ayuda psicológica, incluso, durante un tiempo, estuvieron de baja laboral por ansiedad.

«Fue un palo muy gordo. Hemos tenido que viajar varias veces hasta Canarias para recoger los enseres personales de los familiares fallecidos y el mundo se te cae encima. Por mucho que intentamos ser fuertes y salir adelante, nunca te recuperas por completo», comenta Àngel.

Para el matrimonio, lo más duro fueron los diez días de larga espera que estuvieron en Madrid esperando que identificaran los cuerpos.
En referencia a las informaciones aparecidas en los medios de comunicación respecto a las causas que provocó el accidente, Àngel comenta: «Todo está en manos de nuestros abogados. No queremos saber nada. Nuestra intención es intentar superar lo antes posible el duro golpe de perder a nuestros seres queridos. Además, desde que sucedió el accidente el 20 de agosto, nunca, repito, nunca, hemos recibido ni una sola información del Gobierno. Todo lo hemos sabido a través de la prensa», concluye.

Por otra parte, el vocal del Colegio Oficial de Pilotos (Copac), Eduardo Gavilán, lamentó que las causas que provocaron el accidente del vuelo JK5022 de Spanair, fueran las mismas que causaron otros, como el ocurrido en Detroit (Estados Unidos) en 1987 y que durante todo este tiempo «no se pusieran las herramientas necesarias» para modificar el sistema y evitar nuevos accidentes de características similares.

Sobre el nuevo informe de la Comisión, Gavilán aseguró en una entrevista radiofónica que no aporta «nada nuevo». Asimismo, recordó que los pilotos del avión estaban convencidos, tal y como se desprende del texto, que los 'flaps' estaban en una posición correcta para realizar la maniobra de despegue y que el sistema que les debía haber avisado de que no era así «no funcionó».

Por todo ello, el vocal de Copac aboga por trabajar para mejorar aquellos aspectos técnicos que ayudan a prevenir accidentes, ya que los siniestros aéreos no son provocados por una sola causa sino por una concatenación de diversos fallos. «Si queremos que los informes técnicos , que son los que sirven para que no se produzcan nuevos accidentes en el futuro funcionen, hay que dejar trabajar a los expertos de manera correcta y sin que se produzcan interferencias entre la investigación técnica y la judicial», apunto Gavilán.

Asimismo, lamentó que la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil «esté parada» y ni pueda realizar las pruebas oportunas con el relé 2-5 -el que regula el funcionamiento del sistema de alerta conocida como TOWS-, ya que el juez que dirige la investigación judicial considera que al manipular dicho dispositivo para realizar las pruebas necesarias sobre la pieza dicha prueba podría ser modificada.

En este sentido, Gavilán recordó que en accidentes similares al de Spanair, el 83% de los fallos producidos tenían que ver con dicho relé, por lo que incidió en la necesidad de que se modifique el estatuto actual por el que se rige la Comisión de Accidentes, como ya promulgó la Organización de la Aviación Civil Internacional. En 2004, esta institución promovió una iniciativa para dejar claro que las comisiones que investigan los accidentes «deben trabajar» de forma paralela» a las judiciales.