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«Vengo a Eivissa mucha veces exclusivamente para conducir este coche. Ello me hace muy feliz, más que ir en mi barco. Quiero recuperarlo». Así se expresaba ayer el que fuera tricampeón del mundo de F1 Nikki Lauda, hombre de leyenda ligado a Eivissa desde 1979, fecha en que sus visitas a su casa, en el municipio de Sant Josep, son asiduas. De hecho viajó exclusivamente desde su país a Evissa al ser informado por uno de sus empleados de que le habían sustraído su Smart Cabriolet, matrícula W-88337T, un modelo de serie, plateado y descapotable, que para él tiene un especial valor sentimental. Este coche se puede conseguir en el mercado por precios que oscilan entre los 13.000 y los 15.000 euros.

Pista
«Estoy dispuesto a pagar 500 euros por una pista y una recompensa negociable si esa información sirve para recuperar mi Smart», dijo Lauda instantes antes de regresar a su país, ayer, en la terraza del Ocean Drive. «Nikki está convencido de que el coche no ha salido de Eivissa y no quiere perderlo», apuntó Albi, cuñado de Lauda.

La sustracción del vehículo entre los días 5 y 9 de este mes, fecha en el que el jardinero de su mansión estuvo ausente. El ladrón o los ladrones sólo se fijaron en el vehículo. Ni siquiera intentaron entrar en la casa. Bastó con que saltaran la verja. «Lo vieron, lo abrieron de alguna manera y se las ingeniaron para llevárselo. Así de simple», relató Albi. Un día después el jardinero de la casa se traslado al puesto de la Guardia Civil de Sant Antoni para formalizar una denuncia por su desaparición.