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AGENCIAS-VALENCIA La Fiscalía de Siniestralidad Laboral de Valencia ha pedido informes a la Guardia Civil y a la Inspección de Trabajo para investigar lo ocurrido al inmigrante boliviano que perdió el brazo izquierdo en una máquina de amasar en una panificadora de Gandía y que fue abandonado por su jefe a 50 metros de llegar al hospital. Según fuentes próximas a la investigación, el fiscal de Siniestralidad de Valencia, Jaime Gil, ha requerido al fiscal de Gandía que oficie a la Guardia Civil y a la Inspección informes «en la mayor brevedad posible», para determinar en qué delitos pudieron incurrir los jefes de este joven, de 33 años.

Derechos laborales
Con los informes, la Fiscalía decidirá qué actuaciones adoptará para esclarecer este asunto y determinar las posibles responsabilidades, indicaron las mismas fuentes, que aseguraron que por este caso se ha interesado también el fiscal de Sala de Siniestralidad, que ha pedido un seguimento por parte del ministerio público.

La Guardia Civil ya detuvo la semana pasada a los dos jefes del joven, hermanos que son propietarios del horno, por un delito contra los derechos de los trabajadores, ya que, supuestamente, tenían empleados a su cargo a personas sin ningún tipo de contrato.

Respecto a la denuncia del joven de que uno de los jefes lo abandonó, la Guardia Civil está investigando los hechos por si se adopta cualquier otra medida. Por el momento, la Benemérita ha clausurado el establecimiento.

El joven Franns Rilles Melgar Vargas, de origen boliviano, que se encuentra «bien» e ingresado en el hospital Virgen del Consuelo de Valencia, llevaba trabajando en esa empresa de Gandía algo más de un año y medio, sin contrato de trabajo, al igual que el resto de los compañeros, según ha denunciado su hermana, Silvia.