María Calafell permanece ingresada en Son Dureta con quemaduras graves en las piernas y un brazo. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ El Grupo de Homicidios de la Jefatura palmesana detuvo ayer por la tarde a Joan B., el dueño del chalet de Son Roqueta donde el domingo se declaró un incendio intencionado que causó graves quemaduras a su mujer y su hijo. María Calafell fue encerrada en su habitación y luego rociaron la puerta con líquido inflamable. Su hijo, Pedro Bosch, intentó tirar la puerta abajo para salvarla y sufrió quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo. El joven ha sido trasladado al hospital barcelonés de Vall d'Hebron, donde ayer permanecía en coma inducido, y su madre se recupera en Son Dureta de sus lesiones.

Maria relató ayer a Ultima Hora que esa noche, la del domingo, recibió una llamada telefónica a la una y media «en la que me decían que fuera a la Avenida Picasso a recoger a mi marido, porque no estaba en condiciones de conducir». Joan B., de una cincuentena de años, supuestamente había bebido y se había estrellado con su vehículo. «Fui a buscarlo con mi hijo y luego volvimos a casa. Yo me fui a dormir y sobre las seis me levanté para ir a por un vaso de agua a la cocina. Cuando me acerqué a la puerta patiné porque había un líquido por el suelo y caí en el fuego».

En realidad, alguien había cerrado por fuera la puerta del cuarto de la señora y había arrojado combustible. El fuego se propagó rápidamente, pero María, que estaba atrapada, abrió las ventanas de la habitación y se refugió en el cuarto de baño interior. Allí se colocó bajo la ducha y comenzó a gritar, pidiendo ayuda. «Mi hijo intentó derribar la puerta con una figura muy pesada de un enano, pero era muy complicado. Se quemó el cuerpo cuando me intentaba salvar. También apareció un vecino, que al final tiró la puerta abajo a patadas», añadió.