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PATRICIO CANDIA-PEP MATAS Otros cuatro testaferros a los que se les implica en las operaciones de dobles ventas en Cala Llamp, fueron ayer detenidos en Mallorca. Se trata de cuatro hombres, dos belgas, un francés y un argentino, que quedaron ingresados en los calabozos de la Jefatura del Cuerpo Nacional de Policía.

Desde primera hora de la mañana se puso en marcha un operativo por parte de una comisión judicial, en la que había un fiscal, un representante de un juzgado e inspectores del Grupo de Delincuencia Económica del CNP, que son quienes llevan a cabo las investigaciones, dirigidas por la Fiscalía Anticorrupción, de las dobles ventas de parcelas, caso que se incluye dentro de la llamada 'operación Relámpago'. En el transcurso de las diligencias, y con los preceptivos mandamientos judiciales, se llevaron a cabo dos registros, en una vivienda ubicada en Bahía Azul (Llucmajor), y otro en el Passeig Marítim de Palma. A nivel oficial no ha trascendido si se ha intervenido documentación importante para la investigación.

Con respecto a uno de los arrestados, existen sospechas, e incluso puede que indicios, de que suplantó la personalidad de un ciudadano extranjero, propietario de un terreno en Cala Llamp, terreno que se vendió a una tercera persona. La documentación intervenida está siendo analizada por los expertos y en las próximas horas los detenidos serán presentados ante la autoridad judicial.

La presunta estafa millonaria con las dobles ventas en Calla Llamp es investigada por tres juzgados de Palma (1, 7 y 12) y sus ramificaciones se van extendiendo con el paso de los meses. Primero, se investigó a grupos de delincuentes extranjeros, que estafaron miles de millones de euros con el simple procedimiento de falsificar la identidad de los auténticos propietarios de las parcelas y vender los terrenos dos o tres veces a distintos compradores. Para ello, superaron todos los controles pertinentes en el Registro de la Propiedad y también sorprendieron la buena fe de algunos notarios.

Más tarde, la policía des cubrió un modus operandi mucho más sofisticado, como en su momento denunció este diario, en una red supuestamente organizada en torno al bufete Feliu que dejó en un especie de limbo jurídico la propiedad de decenas de parcelas en Andratx.