Gabriel Forteza tenía 22 años y era un joven muy conocido y querido en Artà. Foto: JOAN SOCIES

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JAVIER JIMÉNEZ-JOAN SOCIES
La víctima salió a pescar a pulmón libre el jueves por la tarde y eligió es Caló des Cans, en la Colònia de Sant Pere, para sus descensos submarinos. Pasaron las horas y Gabriel Forteza, un experimentado submarinista, no salía del agua. Con la caída de la noche su familia se alarmó y el operativo de emergencia se puso en marcha a las 22.00 horas, coordinado por la Guardia Civil.

A las once menos cuarto de la noche los buzos de la Guardia Civil localizaron la boya de Gabriel Forteza, y a partir de ese momento el rastreo se centró en aquella zona. Las esperanzas de encontrar con vida al desaparecido se esfumaron cuando los GEAS localizaron a unos doce metros de profundidad un cuerpo que resultó ser el del submarinista.

Policía Local, Protección Civil y submarinistas de los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) comenzaron a rastrear la playa, pero la ausencia de luz solar dificultó sobremanera la búsqueda del joven.

El juzgado de guardia de Manacor y el centro de emergencias del 112 fueron informados del hallazgo, mientras se enviaba a la Colònia a un psicólogo para atender a los familiares, que estaban completamente hundidos. Hoy por la mañana estaba previsto que se le practicara la autopsia al fallecido, para aclarar cúales fueron las circunstancias de su muerte. La Benemérita sospecha que Gabriel Forteza se encontró indispuesto durante una de sus inmersiones y ya no pudo salir a la superficie. La noticia de la muerte del joven se propagó rápidamente por la Colònia y por Artà, donde Gabriel y su familia son muy conocidos y queridos.

La conmoción era absoluta entre los amigos del submarinista, que no se explicaban lo que podía haberle pasado.