Antonio Farid Alami es conducido por dos policías desde los calabozos a la sala de vistas, en los juzgados de Vía Alemania. Foto: E.L.V.

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El juez ha ordenado tres años de internamiento en un centro psiquiátrico para Antonio Farid Alami, el esquizofrénico que en junio de 2005 mató a su padre en s'Arenal.

El inculpado, que lleva ocho meses en el módulo de psiquiatría del hospital de Son Dureta, no puede ser condenado penalmente debido a que padece una eximente de enajenación mental. Así, y como medida de seguridad, se ha decidido que sea internado en un lugar donde se le siga administrando la medicación necesaria para paliar los efectos de la esquizofrenia paranoide con delirios persecutorios que padece.

Antonio Farid fue conducido ayer ante el juez de lo penal número 2. Antes de la vista oral, su abogado Carlos Portalo pactó la medida de internamiento con el fiscal, al considerarlo culpable de una imprudencia grave.

Discusión
Los hechos se remontan al 28 de junio de 2005. Alrededor de la medianoche, Antonio Farid comenzó una discusión con su padre en el domicilio familiar de s'Arenal debido a que notó «olor a gas» y se puso muy nervioso. Además, ese día se había negado a tomar su medicación, por lo que sufría una fuerte crisis.

Los gritos alertaron a los vecinos y hasta el lugar se desplazó una unidad de la Policía Local de Palma y el propio hermano de la víctima con la intención de calmarlo. Al ver a la policía, Antonio se puso aún más nervioso e intentó escapar por el patio trasero de la vivienda, en la calle Dido. Un vecino se negó a abrirle la puerta y regresó a su domicilio, donde se encerró con su padre. Nuevamente discutió con él y lo empujó al suelo. El hombre, de 75 años y complexión débil, quedó tendido en medio del pasillo junto a un jarrón roto, y en un gran charco de sangre.

Al cabo de un par de horas la policía pudo entrar en el domicilio. El esquizofrénico se hallaba tumbado en la cama de una de las habitaciones, con las manos ensangrentadas, sin recordar lo que había sucedido.

El hombre quedó internado en Son Dureta y en un primer momento la fiscal encargada del caso calificó los hechos como constitutivos de un delito de asesinato, por lo que el proceso empezó a seguir los trámites correspondientes para ser juzgado por el Tribunal del Jurado. Sin embargo, la defensa se opuso. Tras la segunda autopsia, quedó determinado que el hombre presentaba varias fracturas, una de ellas en una zona muy sensible del cuello.

El caso volvió a Vía Alemania y se debía juzgar el pasado 14 de diciembre en el juzgado de lo penal número 2. Sin embargo, el acusado se encontraba pasando una crisis y no pudo ser presentado ante el juez. Finalmente, ayer se conformó la medida de internamiento para el acusado.