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«Katrina» pasó a ser ayer un huracán de categoría dos en la escala Saffir-Simpson tras perder fuerza seis horas después de penetrar en el sur de EEUU, azotando los estados de Luisiana, Misisipi y Alabama.

«Katrina», cuyo vórtice no alcanzó la populosa ciudad de Nueva Orleans, evacuada el domingo, ha originado lluvias torrenciales y vientos huracanados en los tres estados norteamericanos citados, ribereños del golfo de México.

Fue sobre ese golfo cuando el huracán llegó a alcanzar el domingo la categoría máxima de la escala Saffir-Simpson, cinco grados, lo que le confería extrema capacidad destructiva.

De acuerdo con el informe de las 17.00 horas GMT del Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami, «Katrina» estaba a esa hora a unos 65 kilómetros al sur-suroeste de Hattiesburg (Misisipi), en la latitud 30,8 norte y longitud 89,6 oeste.

«Katrina» se está moviendo hacia el norte a veintisiete kilómetros por hora y se espera que continúe con este movimiento las próximas doce horas, lo que lo llevará sobre el sur y el centro del estado de Misisipi ayer.

Cuando el huracán tocó tierra en la zona de Grand Isle, en el estado de Luisiana y al sur de Nueva Orleans, a las 10.30 GMT, sus vientos sostenidos llegaban a los 240 kilómetros por hora.

Desde que alcanzó la costa, sus fuertes lluvias han causado inundaciones en buena parte del área afectada por el ciclón, de ochocientos kilómetros de diámetro, mientras sus vientos han sacudido con inusitada fuerza la costa norte del golfo de México.

Centenares de miles de personas habían sido evacuadas en las últimas horas de Nueva Orleans, una ciudad con una zona metropolitana habitada por 1,3 millones de personas, y que se encuentra en su mayor parte asentada por debajo del nivel del mar y protegida por diques para evitar inundaciones.

Durante la evacuación, tres ancianos murieron, posiblemente por deshidratación, cuando eran trasladadas desde Nueva Orleans a la ciudad de Baton Rouge.