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No era la primera vez que Farid Antonio Alami, el enfermo mental que mató a su padre en s'Arenal, tenía un brote psicótico, y sus familiares más directos y sus vecinos se habían acostumbrado a sus frecuentes alucinaciones. De un tiempo a esta parte, sin embargo, había dejado de medicarse y su deterioro psíquico se había acentuado.

Cuando la policía registró su cuarto de la planta baja de la calle Berlín, donde Abdeslam Ben-Butaher Alami acababa de recibir un golpe mortal, encontraron pastillas y medicación, que el enfermo no había tomado. Ésa puede ser una de las explicaciones del comportamiento violento que tuvo en la madrugada del lunes al martes, y que acabó trágicamente. Farid Antonio Alami experimentaba cambios radicales en su estado de ánimo; pasaba de estar relajado, casi ausente, a temer un complot de sus personas más allegadas.

El hombre permanece ingresado en el Àrea de Psiquiatría del hospital de Son Dureta, en calidad de detenido, y los médicos forenses que lo examinan deberán determinar si puede ser interrogado por el Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía.

Lo que parece evidente es que la titular del juzgado de instrucción número 6, que instruye las diligencias por el homicidio, optará por ingresarlo en el Psiquiátrico y no en la prisión, dado el trastorno mental que presenta.

El acusado vivía en la planta baja con sus padres y no trabajaba. La víctima, nacido en Tánger hace 75 años y nacionalizado español, había regentado un souvenir en s'Arenal, cerca de la calle Berlín, y estaba muy pendiente de su hijo enfermo. Era habitual verlos juntos y Abdeslam Ben-Butaher, así como Manuela Vera, su mujer, se desvivían para que Farid Antonio tuviera una relativa calidad de vida, dentro de sus limitaciones. La noche aciaga del lunes, el enfermo tuvo de nuevo alucinaciones. Se sintió acorralado y cuando llegó su hermano, una ambulancia y la Policía Local su nerviosismo fue en aumento. Se encerró en la casa familiar y se quedó a solas con su padre, que presumiblemente trató de calmarlo. El septuagenario era de complexión débil, mientras que su hijo tiene una musculatura considerable.