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La sociedad estadounidense se ha visto sacudida de nuevo por una masacre escolar, esta vez protagonizada por un adolescente que mató el pasado lunes a balazos a nueve personas, hirió a doce más y después se suicidó. El estudiante de secundaria, identificado como Jeff Weise, de 17 años, primero asesinó a su abuelo y a la compañera sentimental de éste en su casa en la reserva india chipeua de Red Lake, localidad habitada por 5.000 personas, casi todos indígenas. Consumados estos asesinatos, Weise caminó hasta la escuela de Red Lake, donde mató de un disparo al guardia de seguridad antes de irrumpir en el recinto, según informó un portavoz de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Paul McCabe. Acto seguido, avanzaba por un pasillo disparando, aparentemente al azar, antes de mantener un breve intercambio de fuego con los policías que habían sido llamados al lugar y meterse en un aula donde continuó empleando su arma contra los presentes. Antes de suicidarse dio muerte a una profesora y a cinco compañeros de clase. «Pensamos que actuó solo», dijo Paul McCabe, en una conferencia de prensa en Mineapolis. En la escuela «entró por el corredor disparando y luego ingresó al aula. Allí disparó contra varios compañeros y una profesora. Luego se pegó un tiro a sí mismo», dijo Roman Stately, del Departamento de Bomberos de Red Lake. Al menos doce estudiantes resultaron heridos. Una hora después, las autoridades encontraron los cuerpos de su su abuelo, un veterano de la policía local, y su pareja, manifestó Stately. El presidente de los chipeua de Red Lake, Floyd Jourdain, afirmó, ante las cámaras de televisión, que «se trata del día más negro de la historia de nuestra tribu». A este último episodio, que vuelve al tapete el problema de la libre disponibilidad de armas en este país, se suma el registrado el pasado día 12 en una iglesia evangélica en el estado vecino de Wisconsin, en el que un hombre mató a ocho personas y después se suicidó. Según los feligreses, Terry Ratzmann, de 44 años, era un hombre pacífico que asistía regularmente a la Iglesia Viviente de Dios, un grupo evangélico que se reunía todos los sábados en un hotel de la ciudad de Brookfield, Wisconsin. También por razones que se desconocen, hace poco más de un año un estudiante de la escuela secundaria de Rocori, en el mismo estado de Minesota, mató a balazos a dos de sus compañeros.