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Dos años después, Thorsten se ha derrumbado. El alemán encarcelado en una prisión de su país por el crimen de la adolescente Stefanie Rüggeberg, cometido el 29 de julio de 2002 en s'Arenal de Llucmajor, había sostenido hasta el momento su inocencia, pero ahora, cuando se acerca la fecha del juicio, ha reconocido que fue él quién acabó con la vida de la menor en Mallorca.

Thorsten T., que tiene 42 años, había alquilado una habitación en la casa de la calle Sant Bartomeu de la familia Rüggeberg y nunca se sospechó de él. De hecho, cuando la adolescente de 15 años desapareció aquel verano él organizó batidas para buscarla y estuvo en todo momento junto a la familia, consolándola. El 20 de septiembre apareció el cadáver en descomposición en la finca Son Verí, no muy lejos de la casa de Stefie, y Thorsten siguió manteniendo la sangre fría. Pero sólo pudo aguantar tres días, luego se marchó precipitadamente de la isla, alegando que tenía a un familiar enfermo. Esa huida fue la que hizo que todas las miradas se centraran en él como principal sospechoso. El 7 de enero de 2003 fue detenido en la ciudad de Wuppertal e ingresó en la prisión de Schwerte. Ahora, dos años después, Thorsten ha acabado por confesar que mató a Stefie.

La principal hipótesis, antes de que apareciera el cadáver era que la menor había sido asesinada tras asistir a una fiesta juvenil. Luego se supo que en realidad regresó a casa y que allí se encontró a solas con su compatriota, que intentó mantener relaciones sexuales con ella. Al no conseguirlo de forma voluntaria la violó y luego la asesinó. El siguiente pasó fue ocultar el cadáver entre unos matorrales de la finca de Son Verí, con la esperanza de que nunca fuera descubierta.