Silvia y Louis, ayer en su domicilio de Palma. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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«El agua entró en la isla, nos llegó hasta las rodillas pero no llevaba mucha fuerza y hemos tenido suerte de que no nos haya pasado nada». Silvia Windisch y su marido Louis residen en Palma y han estado de vacaciones durante los últimos 15 días en las Maldivas, concretamente en la isla Mirihi, junto a sus dos hijas. El matrimonio llegó ayer a Palma mientras que sus dos hijas han viajado a Francia. Luis y Silvia, que es hija de Josef Egger, presidente de la Asociación Austríaca Amigos de Mallorca, contaron a Ultima Hora cómo vivieron los efectos del maremoto que ha causado cerca de 150.000 muertos en el sur de Asia.

La isla Mirihi tiene unos 300 metros de largo por 60 de ancho y es totalmente plana. «Cuando ocurrió el maremoto había luna llena y el nivel del mar estaba un metro más bajo de lo normal, llegaron las olas y entraron en la isla, pero no tenían mucha fuerza y no causaron daños», explicó Louis. «Había medio metro de agua, nosotros tuvimos suerte porque ha habido islas de las Maldivas donde hubo más de dos metros de agua, Marihi no recibió un gran impacto del sismo, por suerte, pero otras que estaban cerca de la nuestra sí», agregó.

Silvia señaló que «nos avisaron dos minutos antes del tsunami y pudimos tomar algunas precauciones. El ex marido de la dueña de Marihi está en una isla de al lado. Allí llegaron las olas antes y nos llamó por teléfono avisándonos. Cerramos las llaves del agua y apagamos el generador de luz pero en dos minutos las olas llegaron a nuestra isla».

Durante los momentos en que el agua entró en la paradisíaca isla se vivieron situaciones de pánico, pero poco a poco la situación se fue calmando y regresando a la normalidad. «Después, cuando hemos visto en las noticias lo que ha pasado en aquella zona podemos decir que tenemos mucha suerte de que no nos haya pasado nada», agregó el matrimonio.