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AGENCIAS-BANGKOK
El balance de víctimas del maremoto que devastó el pasado domingo el sureste asiático supera ya los 80.000 muertos, después de que las autoridades indonesias hayan elevado a más de 45.000 la cifra confirmada de fallecidos en el país, pero la Federación Internacional de la Cruz Roja estima que la cifra podría superar los 100.000 muertos.

Ahora, la principal preocupación es evitar las epidemias que, según alertó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS), podría causar las mismas o más víctimas que el tsunami. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtió de que «sin una acción inmediata y a gran escala para proporcionar agua potable a las comunidades asoladas por las inundaciones el pasado domingo, millones de personas están en grave riesgo de contraer enfermedades que se transmiten a través del agua».

«No me sorprendería para nada si tenemos más de 100.000 muertos, particularmente cuando vemos lo que pasó en las islas indias de Nicobar y Andaman», indicó Peter Rees, jefe de las operaciones de apoyo de la FICR.

Por el momento, Indonesia es el país que ha pagado el mayor tributo por el terremoto y el posterior maremoto. Según la ONU, el balance definitivo de la región podría situarse entre los 50.000 y los 80.000 muertos. Según los últimos balances, Sri Lanka ha sufrido 22.493 muertos, India cerca de 11.000; Tailandia, 1.829; Birmania, 90 (según las organizaciones humanitarias internacionales); Maldivas, 67; Malasia, 67; y Bangladesh, dos. Tres días después de la catástrofe, decenas de miles de personas siguen desaparecidas, sobre todo en Indonesia, India, Tailandia y Sri Lanka.

La directora ejecutiva de UNICEF, Carol Bellamy, explicó que «las inundaciones han contaminado los sistemas de agua, dejando a la gente con pocas opciones, excepto utilizar el agua contaminada de la superficie». «En estas condiciones, la gente lo tiene muy difícil para protegerse del cólera, la diarrea y otras enfermedades mortales», añadió.