En la imagen, una de las vecinas que recibieron oxígeno a causa del humo inhalado. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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Pánico en la calle Aníbal. Un total de 28 pisos de un edificio de siete plantas de esa conocida calle palmesana fueron evacuados ayer tarde, entre escenas de nerviosismo y desconcierto, a causa de un incendio intencionado que se declaró en la entrada de la finca. El bloque se convirtió en una ratonera y cinco vecinos resultaron intoxicados, cuatro de ellos de carácter leve y otro de pronóstico reservado, que fue evacuado hasta Son Dureta.

El edificio en cuestión está ubicado en el número 25 de la calle Aníbal, junto a la sucursal de Sa Nostra que da a la Plaza Progreso. Se trata de una finca donde viven numerosas personas de avanzada edad y ayer por la tarde uno de los vecinos bajó a la entrada un sofá y un sillón para que los recogiera Emaya. El día anterior otro residente había sofocado un conato de incendio que se declaró en los buzones, con visos de ser intencionado. Y ayer la historia se repitió, pero con peores consecuencias. A las 17.45 horas alguien prendió fuego al sofá y las llamas se extendieron por el portal. La madera de la entrada prendió y en pocos minutos los vecinos quedaron atrapados, sin poder salir y a expensas del denso humo, que iba ascendiendo por la escalera interior.

Fue entonces cuando cundió el pánico. Algunos vecinos quisieron bajar a la calle a pesar del peligro que entrañaba, pero los bomberos y la policía se lo impidieron. La prioridad era sofocar las llamas y despejar la entrada. Numerosas patrullas del 092, del Cuerpo Nacional de Policía y doce bomberos de los parques de sa Teulera y Son Castelló cortaron la calle Aníbal, desde la plaza de Santa Catalina hasta Progreso. El fuego se sofocó con relativa facilidad y a partir de ese momento se procedió a desalojar las casas, una a una.

Decenas de vecinos bajaron a la calle, algunos sin poder reprimir el llanto, y esperaron con angustia a que se solucionara la situación. Pero estaba por llegar un último sobresalto. El fuego afectó a la tubería del gas y se registraron fugas importantes. La luz y la electricidad fueron cortadas como medida de precaución y los inquilinos no pudieron acercarse al portal hasta pasadas dos horas. Los daños en la finca fueron cuantiosos.