Rodríguez y Estaràs pasean por las calles del Port junto al alcalde Joan Montaner, entre rejas y maderas. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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La bajada al Port de Valldemossa era ayer por la mañana un caos de pinos retorcidos y desplomados sobre las casas y la carretera principal, después de que un 'cap de fibló' devastara la zona el pasado miércoles. Voluntarios de las tres brigadas del Ibanat desplazadas hasta el lugar se afanaban con sus motosierras en retirar los árboles caídos sobre los tejados, mientras algunos vecinos bajaban caminando, visiblemente impresionados al ver las consecuencias del temporal.

Entre las medidas previstas, Estaràs explicó que se arbitrará un convenio entre la Dirección General de Emergencias de la Conselleria d'Interior y el Ajuntament de Valldemossa para abrir una línea de ayudas económicas a los afectados. El alcalde, Joan Montaner, ya ha pedido a los vecinos que presenten fotos y un presupuesto de los bienes dañados al ayuntamiento. Posteriormente, la Conselleria d'Interior ayudará en los trámites en caso de que el seguro cubra los daños ocasionados. De lo contrario, concederá ayudas.

Entre los visitantes se encontraban la vicepresidenta del Govern y concejala de urbanismo de Valldemossa, Rosa Estaràs, y el conseller de Interior, José María Rodríguez, quienes charlaron con los vecinos afectados y prometieron ayudas económicas, aunque no aventuraron una cantidad a la espera de que los peritos y vecinos evalúen los daños. Aún así, tras el Consell de Govern de hoy se podría ofrecer una primera aproximación de los daños ocasionados por el tornado.