TW
0

Un hombre permaneció ayer tres horas encaramado a una grúa de más de 40 metros de altura en la calle Miquel Capllonch de Palma. El protagonista, Vicente Ortiz, amenazaba con arrojarse al vacío si no recuperaba la custodia de su hija de cuatro meses, que está bajo la tutela del Institut de Serveis Socials del Consell de Mallorca. Tanto Policía Local como Nacional acordonaron varias calles de la urbanización Ses Fonts y un tramo de un parque colindante. Por su parte, los bomberos de Palma trasladaron un vehículo, aunque no pudo ser utilizado debido a que la escala mecánica medía 30 metros.

El hombre gritaba constantemente que quería ver a su hija, y muy pronto la zona se llenó de curiosos y gente con cámaras fotográficas y de vídeo.

Al cabo de una hora, un psicólogo y varios agentes se trasladaron a un ático que quedaba una decena de metros por debajo de la grúa. Allí, y a través de un megáfono, comenzaron a dar instrucciones a Ortiz para que bajara. Éste se negaba a escucharles y efectuó varias llamadas a su mujer a través de un teléfono móvil para persuadirla de que acudiese hasta el lugar con su hija, cosa que sucedió al cabo de un par de horas. Después le exigió que fuese al domicilio conyugal con la hija y que no dejase entrar a los policías.

Cuando la situación parecía arreglarse y los bomberos intentaban mover la grúa para bajar a Ortiz, éste se puso muy nervioso y llegó a quedarse suspendido de unos cables sobre el vacío. Finalmente, accedió a bajar por su propio pie. Una vez en tierra firme, fue detenido y trasladado al Hospital Psiquiátrico.

Ortiz se dio a conocer hace 12 años cuando pidió un indulto por un delito cometido en 1982. Ingresó en prisión pero consiguió el indulto.